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El aumento de las temperaturas y las escasas precipitaciones están obstaculizando la alimentación de las abejas
Aunque España es el país del mundo con más colmenas, importa el 80% de la miel que consume de China
Las abejas son esenciales para la conservación de los ecosistemas. El número de polinizadores está disminuyendo en todo el mundo por diversas causas y el cambio climático está agravando esta situación, poniendo en riesgo todos los beneficios que aportan.
Una prueba de ello es que el 70% de los cultivos agrícolas necesitan la polinización para ser efectivos, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama)."España es una de las regiones del mundo más vulnerables al cambio climático tanto por su situación geográfica como por la composición de los sectores socioeconómicos, que están directamente relacionados con los impactos climáticos", ha afirmado Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), durante la presentación de un informe sobre los impactos del cambio climático en las abejas este miércoles. Los cultivos agrícolas generan en España 2.400 millones de euros anuales. En 2015, se produjeron 33.440 toneladas de miel y 1.800 de cera, lo que se traduce en unos 100 millones de euros. Además, según los datos recogidos recientemente en el proyecto Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático de la apicultura mediterráneo, actualmente hay aproximadamente 2,4 millones de colmenas -situando a España como el primer país del mundo en número de colmenas- y 23.000 apicultores.
Aunque España es el país del mundo con más colmenas, el séptimo con más familias que viven de la apicultura (unas 5.000) y con 30.000 explotaciones apícolas, importa el 80% de la miel que consume de China, ha asegurado Miguel Aymerich, subdirector de Medio Natural del MAPAMA, según informa Efe. "Importamos miel de peor calidad que la que producimos, y que en su mayoría se exporta", ha agregado. Mientras más líquida sea la miel, y por tanto menos cristalizada, más cosas que no son miel (agua, compuestos azucarados) lleva, han afirmado los expertos. Los autores de este estudio han querido analizar cómo están afectando los impactos del cambio climático a las abejas y contribuir así al proyecto LIFE-SHARA del Mapama, que se desarrollará hasta 2020 con una inversión de 1,5 millones, el 57% cofinanciados por la UE. El objetivo es colaborar en la construcción de una sociedad mejor adaptada al cambio climático, cooperando con todos los actores implicados, generando conocimiento y aumentando la sensibilización social. "El conocimiento será clave para que llevar a cabo las medidas contra esos impactos e identificar las respuestas adecuadas", ha apuntado Ulargui. De esta forma, a través de la revisión de investigaciones anteriores y entrevistas a apicultores de la zona mediterránea (principalmente de Valencia, Andalucía y Cataluña), han concluido que el aumento de las temperaturas y las escasas e irregulares precipitaciones del otoño obstaculizan la alimentación de las abejas en invierno, dificultando a su vez la polinización y la producción agrícola. Feliu López i Gelats, investigador de la Universidad de Vic y del Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario (CREDA-UPC-IRTA) y participante en el estudio, ha destacado los principales impactos recogidos en la investigación.
Debido a los climas extremos, se está reduciendo la cantidad de agua disponible y está aumentando la mortalidad. También se incrementa la expansión de patologías (principalmente del ácaro varroa) y de especies enemigas (como la avispa asiática), así como la disminución de la floración y del contenido proteico del polen. Asimismo, los expertos señalan en su estudio las tendencias no deseadas a las que están siendo expuestas las abejas. Entre ellas se encuentran la pérdida y fragmentación de hábitats, las intoxicaciones (principalmente los polémicos neonicotinoides) y el síndrome de despoblamiento de las colmenas.