Manejo de la colmena” l examen exterior de una colmena poblada da idea, en cierta medida, de las cualidades del alojamiento de las abejas y del Eestado de la colonia. La colmena debe estar aislada de la humedad del suelo por un soporte simple y económico (de madera, hierro, cemento, piedra, ladrillos). Debe también estar protegida de las lluvias por un techo estanco y un revestimiento adecuado.
Una piedra mantiene el techo en su sitio en las zonas de mucho viento. Además, hay que aislar la colmena del frío. Las calorías irradiadas por el racimo de abejas se escapan especialmente por arriba. Por consiguiente, conviene duplicar el cubridor con una lona, un cojín de paja, una placa de material aislante... Es importante asimismo alejar la colmena de las ramas que, al rozar la morada de las abejas por la acción del viento, turban su descanso. El viento debe ser temido por otra razón: La agitación que provoca en las abejas al penetrar por la piquera perjudica la invernada. Si no es posible aislar la colmena del viento, al menos conviene sustraer su entrada al soplo de los vientos dominantes orientándola correctamente. La colmena, o más exactamente, la colonia que contiene, debe estar aireada. La piquera, sola o asociada al orificio de la parte anterior de la entretapa, deja circular el aire, sin hacerlo pasar por medio del racimo. 20 Situaciones que hay que evitar: (a).El hundimiento prolongado en la nieve, pues ésta se hace impermeable cuando se transforma en hielo. (b).La penetración de roedores, que devoran la miel, cera y polen. (c).El exceso de aireación, que arrastra un fuerte consumo y baja la temperatura interior. (d).La falta de aire, que provoca la condensación origen del enmohecimiento de los cuadros laterales y del suelo, así como el retraso en la reanudación de la puesta. Evitar piqueras demasiado pequeñas y láminas de plástico que hagan de cubridores.
Acciones aconsejables: (a) .Prever los efectos de la nieve con paranieves o soporte elevado. (b).Reducir la piquera a menos de un centímetro de altura o bien emplear una rejilla metálica para impedir la entrada de roedores. (c).Comprobar que el suelo de la colmena no pierde la ligera inclinación hacia adelante que evita la penetración del agua de lluvia y permite la evacuación del aire interior cargado de condensación, especialmente en zonas húmedas. Características de una buena colmena: (a).Peso: Para una colmena Langstroth poblada, lo ideal sería nunca descender de 20 kg. (b). Actividad: Ala mitad de un día soleado, salen numerosas abejas a pecorear; acarrean polen, signo de la probable existencia de larvas y una reina. Los zánganos son raros o ausentes. Un pequeño número de pecoreadoras indica debilidad, retraso o enfermedad, o, por el contrario cría muy numerosa. (c).No presenta signos inquietantes: Abundantes cadáveres delante de la tabla de vuelo señalan una enfermedad (acariosis, nosemiosis), un accidente (intoxicación por polen, insecticida, etc., congestión). Las abejas que consumen sus provisiones de miel abandonan, en 21 tiempo frío, los opérculos de cera reducidos a finas partículas a la entrada de la colmena. Si los restos de los opérculos son gruesos, es que un ratón se ha refugiado en la colmena. Cuando, tras la reactivación de la cría vuelven fuertes fríos, tiene lugar una extracción de ninfas muertas. Las abejas limitan la cría, se agrupan en racimos. Pueden destruir pollo vivo (comenzando por el más joven), dejar de calentar parte de la cría, que morirá para ser después expulsada por las limpiadoras. La diarrea se reconoce por los regueros de excrementos oscuros sobre la tabla de vuelo, las paredes de la colmena o delante de ella.
Si se golpea ligeramente sobre la colmena, una colonia con buena salud responde con un zumbido breve, mientras que una colmena huérfana murmura largamente. Causas de las pérdidas invernales. (a).Falta de víveres, resultado de una negligencia del apicultor, que no ha pesado sus colmenas y completado eventualmente sus provisiones, o que no ha evitado la penetración de roedores. (b).Largo período de frío, que impide a las obreras ir del racimo a las reservas de miel situadas demasiado lejos de ellas (este puede ser el caso si se deja la miel en el alza para el invierno). (c).Provisión de calidad defectuosa: mielatos o mieles fermentadas. (d).Enfermedades: loques, nosemiasis, acariosis, varroasis. (e).Reina vieja, o joven que ha llegado al fin de su existencia, colonia huérfana. El apicultor puede prevenir los cuatro primeros casos de mortandad, pero solo es parcialmente posible poner remedio a la última causa de mortandad invernal, pues del 15 al 25% de las reinas de un año pueden desaparecer naturalmente antes de alcanzar dos años. En las mejores condiciones y en ausencia de enfermedades, la mortandad invernal normal no debería superar el 6%. Recordemos siempre que la estación apícola de un año comienza al final del verano precedente. Nunca hay que dudar en dejar abundantes provisiones y prevenir las circunstancias señaladas
Referencias:
Pierre Jean-Prost e Yves le Conte
Traducción: Carlos de Juan.
Extraído y condensado de: “APICULTURA. Conocimiento de la abeja.