sábado, 20 de mayo de 2017

NOCIONES SOBRE INTRODUCCIÓN DE REINAS


Ya sea para multiplicar colmenas, reemplazo o para mejorar la genética del apiario es necesario conocer la forma de introducir reinas para evitar fracasos. La reina como decíamos al principio, da la característica distintiva a la familia de abejas.
Por eso, la aceptación de otra reina (sea cual fuere su procedencia) suele ser conflictiva. El caso más complicado es cuando queremos reemplazar la de una colmena instalada. La primera medida es orfanizar la familia matando su reina y dejándola en el interior de la colmena. Las obreras reconocerán inmediatamente la pérdida y comenzarán a levantar celdas reales a partir de larvas jóvenes. Dejamos transcurrir cuatro días y revisamos concienzudamente cada cuadro destruyendo todas las celdas reales. Como no quedan larvas de corta edad la familia habrá perdido la oportunidad de procurarse a sí misma una reina. Allí es dónde el apicultor aprovecha el estado generalizado de orfandad para ofrecerles la alternativa del reemplazo con una reina fecundada, ya sea producida por él mismo o adquirida. La reina se introduce en una jaula. Hay infinidad de modelos: algunas en las que la reina viene acompañada por un séquito de nodrizas (6 o 7), otras en las que la reina fecundada se encuentra sola. La jaula está parcial o totalmente formada por una malla que evita el contacto directo de las obreras con la nueva reina, pero permite a través de ella su alimentación. Aún cuando hayan decidido eliminarla la van a alimentar. En general las familias agresivas suelen darnos algunos dolores de cabeza a la hora de cambiarles la reina.

Suele ocurrir que aunque no la maten inmediatamente, la dejan comenzar la postura, levantan celdas reales, la eliminan y allí se fue nuestra inversión. En estos casos conviene dividirla totalmente, hacer tres o cuatro núcleos, mezclar con abejas procedentes de otras colmenas y colocarles una reina a cada uno de ellos. Referente a la introducción de la jaulita, esta debe estar en el centro de la cámara de cría, ya sea colgada entre los cabezales o sobre ellos (dependiendo del formato). Se destapa el orificio con candy y lo perforamos para facilitar la liberación de la reina por parte de las obreras. Usualmente desde el principio es posible ver la actitud de las abejas hacia la nueva soberana. Algunas jaulas vienen rociadas con feromonas que inducen a las obreras a aceptarla. Esto sumado a varios días de orfandad favorece la buena recepción. A los tres días de introducida la jaulita, debemos constatar que la reina haya sido liberada. En caso contrario hay que abrir la jaula y permitirle a la reina salir.

No hay que generar muchos disturbios. Recordemos que la nueva reina atraviesa un período de prueba en el que las obreras evalúan su capacidad de postura y la hacen responsable de cualquier anomalía. Por eso es necesario, extremar los cuidados, evitar movimientos bruscos, y el abuso del ahumador. Si constatamos que está libre no conviene prolongar la revisión. Hay que dejarla tranquila para que se afiance en su puesto.

fuente
César Alfredo Massaccesi

viernes, 19 de mayo de 2017

SANIDAD APÍCOLA



 Ultimamente se ha revertido totalmente el  concepto de la estrategia terapéutica para tratar enfermedades dando paso a un criterio mucho más amplio que tiene que ver con la prevención y el equilibrio de la colmena. Para comprender y aplicar esta nueva concepción, hay que tener en cuenta a la colmena como una gran familia con una estrecha relación y dependencia entre los individuos que la componen. La sanidad de una colonia puede interpretarse como el equilibrio entre el organismo y el ambiente. Cuando por algún factor se rompe este equilibrio, nos encontraremos frente a alteraciones de los procesos fisiológicos normales, y éstas alteraciones dan como resultado la aparición de enfermedades. Cuando el hombre interviene en el estado natural de una familia de abejas, le brinda un hábitat para que pueda desarrollarse, logra que la misma alcance poblaciones mucho más grandes que lo normal, utiliza diferentes productos químicos, y las somete a situaciones de estrés (traslados, altibajos en las reservas de alimentos, revisiones periódicas, etc.), predispone de cierta forma el desequilibrio mencionado.



Normalmente, antes de la aparición de los síntomas clínicos, ya hubo pérdidas de producción y un decaimiento de la colmena que llevará tiempo revertir. Recordemos que el pasaje entre la salud y la enfermedad es un proceso progresivo con toda una gama de estados intermedios. La prevención es la herramienta fundamental para asegurar el buen estado sanitario de la colmena. Para favorecer la profilaxis, se parte de la base que un individuo con un adecuado estado fisiológico, genera una respuesta global eficiente ante la aparición de agentes patógenos. Hay dos factores que inciden favorablemente en el fortalecimiento de la profilaxis, uno está relacionado con la genética (genotipo con resistencia a patógenos), y el otro es el referido a la nutrición. Particularmente en este último punto debemos tratar de evitar los altibajos de alimentos. Los desarreglos en la alimentación predisponen a un mal funcionamiento glandular y un estado de debilitamiento general que es la puerta de acceso de las enfermedades. Es decir, mantener un nivel nutricional y realizar un manejo racional de la colmena permiten sostener un estado óptimo y mejorar la producción. Mecanismos de defensa propios de la abeja Hay una serie de mecanismos que permiten a la abeja defenderse de enfermedades y parásitos.

A continuación los enumeramos sintéticamente ya que los mismos serán abordados en profundidad cuando tratemos cada enfermedad en particular.
Comportamiento higiénico: Las adultas encargadas de cuestiones sanitarias retiran larvas o pupas enfermas de la colmena para evitar su putrefacción, eliminando al mismo tiempo la fuente de contagio. Mecanismo de limpieza entre abejas adultas: Es un mecanismo de defensa contra parásitos que ha comenzado a desarrollar frente a los elevados grados de infestación. Consiste en que las abejas altamente parasitadas, reaccionan con sacudidas extrañas, y otras abejas reconociendo esta forma anormal de actuar colaboran con ella removiéndole los parásitos.
Reposición de la pérdida de población: En algunas situaciones, la reina obra aumentando su régimen de postura para hacer frente a la mortandad de la cría.
Comportamiento de fuga: Con esta modalidad, la colonia se aleja de un nido altamente parasitado o enfermo interrumpiendo la cadena de infección.
Reacciones inmunológicas: Cada miembro de la colonia desarrolla individualmente reacciones de su sistema inmunológico, con la formación de anticuerpos en la hemolinfa. Proventrículo: En las abejas adultas este hace las veces de filtro que permite remover sustancias sólidas, esporas de bacterias y hongos del buche, evitando la diseminación de patógenos. Producción y uso de sustancias antibióticas: Son de vital importancia para la defensa contra microorganismos. En la colmena encontramos condiciones estériles en las celdas de cría, paredes, alimento larval y también en las reservas.

Las enfermedades que afectan a las abejas son de origen bacteriano, parasitario, viral y también podemos incluir como patologías la acción de enemigos naturales y predadores. Para tratar este punto de vital importancia en la producción apícola, hemos dividido su estudio en tres módulos donde abordaremos las enfermedades bacterianas, los parásitos (internos y externos) y finalmente virosis, hongos y otras problemáticas. Enfermedades bacterianas Son enfermedades propias de la cría. La mayor parte de las veces están asociadas a cuestiones de manejo, estrés o de la pérdida del equilibrio en la colmena. Es sumamente importante detectarlas con celeridad para evitar males mayores. Su dispersión en el colmenar puede ser sumamente veloz.

jueves, 18 de mayo de 2017

TRASIEGO DE PAQUETES DE ABEJAS



A diferencia de los núcleos, el trasiego de paquetes de abejas, requiere mayores cuidados. Las colmenas receptoras deben estar distanciadas al menos un metro entre ellas, en la medida de lo posible orientadas hacia distintos puntos y con colores que las distingan unas de otras. Cuando instalamos un paquete, las abejas que lo conforman no tienen sentido de pertenencia a esa nueva casa, y es frecuente que se "muden" a la colmena de al lado, quedando una superpoblada y otra sin abejas. Debemos partir de material nuevo o muy bien desinfectado y esterilizado.


El ajuste del mismo debe ser perfecto, ya que las abejas deben permanecer confinadas en él por 72 horas hasta que abramos la piquera. Ubicamos los paquetes sobre las colmenas que los recibirán. Con una sacudida de arriba hacia abajo juntamos las abejas en el fondo de la caja. Retiramos el alimentador y rociamos a las abejas con jarabe para evitar que vuelen. Extraemos la jaulita con la reina. En el interior del alza de la colmena receptora colocamos dos cuadros con cera estampada sobre uno de los flancos (preferentemente orientado hacia el oeste o noroeste). Del segundo de ellos se cuelga la jaulita con la reina a la que previamente le perforamos parcialmente el candy para facilitar su liberación.

Colocamos otros dos cuadros con cera estampada y un alimentador de cuadro. Finalmente introducimos la caja de transporte, retiramos el alimentador y cubrimos con un cartón corrugado a modo de "poncho" para reducir el espacio. Colocamos la entretapa y el techo y verificamos que la piquera se encuentre perfectamente cerrada y que no escapen abejas. Llevar un rollo de cinta de papel o de embalar, suele sacarnos de apuros. Transcurridas 72 horas, abrimos la piquera, comprobamos que las abejas hayan abandonado la caja de transporte y que la reina haya sido liberada. Seguramente veremos sectores de los cuadros centrales con celdas estiradas y postura en ellas. Retiramos la caja, la jaula de la reina y el alimentador del portapaquete; completamos con jarabe el cuadro alimentador y cerramos. Al igual que los núcleos vamos agregando cuadros con cera estampada y jarabe paulatinamente, a medida que las abejas nos lo pidan. Cuando tenemos ocho cuadros ocupados con abejas, retiramos el cuadro alimentador y agregamos los dos cuadros restantes con cera estampada. Consejos útiles acerca de núcleos y paquetes A partir de la experiencia, surgen algunas consideraciones que seguramente ahorrarán más de algún dolor de cabeza al principiante. Ya sea que vayamos a hacer paquetes o núcleos, conviene trabajar en equipo de dos personas. Uno abre la colmena mientras el compañero prepara el cajoncito, alimentador y jaula con la reina. Mantiene abierta la entretapa o el embudo en posición, a la espera que el otro sacuda las abejas o pase los cuadros. Debe existir una buena complementación entre ambos y un conocimiento cabal de lo que se está haciendo.

La selección de las colmenas madres y el aporte (cría, nodrizas y alimento) es una tarea previa al trabajo práctico a campo. A partir de los datos asentados en la planilla, tendremos un panorama de la cantidad de núcleos y paquetes a realizar. Sin esta organización preliminar el nucleado o paqueteado rendirá solo un 30% en tiempo. Asimismo, la localización de la reina y separarla mediante rejilla excluidora es prácticamente imprescindible. Cuando realizamos un trabajo determinado, conviene circunscribirse a él, evitando disipar la atención en otra cosa. Esta es una pauta que puede hacerse extensiva a la mayoría de las actividades durante la temporada apícola. Por ejemplo, para armar los cuadros primero colocamos todos los ojalillos; luego encolamos y clavamos; y finalmente alambramos. La reiteración de una tarea nos convertirá en especialistas en la misma. En el tema de división de familias se usa el mismo criterio para lograr a partir de la mecanización una mayor eficiencia. Dificilmente podamos nuclear o paquetear una cantidad respetable de colmenas si queremos al mismo tiempo localizar la reina, cosechar jalea real y hacer un recuento de los cuadros ocupados con cría, reservas de alimento, etc.. Todos los trabajos que se puedan adelantar van a redundar en un mejor rendimiento en el apiario. Llevemos cortados los alambrecitos para colgar las jaulas con las reinas, colocados los clavos en la parte superior del portapaquete, los alimentadores preparados, etc. . A veces es difícil estimar cuantas abejas cubren un cuadro. Por eso, para dar una medida cuantitativa, si estamos realizando un paquete en un cajoncito con las medidas descriptas anteriormente, bajamos todas las abejas al fondo con una sacudida brusca. Unos seis centímetros de altura de abejas equivalen a 1,2 kg aproximadamente. Si estamos haciendo un paquete recordemos que la reina debe quedar confinada hasta que el mismo se trasiegue a la colmena definitiva. Por eso el “candy” debe quedar cerrado.

En cambio si estamos haciendo un núcleo, no debemos olvidarnos de abrir el “candy” de modo que las abejas puedan liberar a la reina. Tanto los paquetes como los núcleos deben ser tratados con serenidad, sin brusquedades. Recordemos que la reina atraviesa por un período de “prueba” para ver si la aceptan o no, y será resposabilizada de cualquier perturbación externa. El material multiplicado debe quedar a la sombra. El estrés que le produce a las abejas esta nueva situación hace que levanten rápidamente temperatura. Por eso el sitio de acopio debe ser sombreado y ventilado. No debemos dejarnos vencer por la ansiedad del apicultor novato. Las abejas tienen sus tiempos y no olvidar que estamos tratando con seres vivos: no es una ciencia exacta. Uno quisiera que la reina empiece la postura a los diez minutos de haberla introducido y que comiencen a acopiar miel el mismo día. Algunas familias evolucionarán antes que otras, unas tardarán en estirar cera y en otros casos la reina demorará en poner los primeros huevos. Todo esto es normal y debemos tratar que no nos domine el pánico de “padres primerizos”. Dejémoslas tranquilas hasta que se organicen y empiecen a funcionar. Ellas saben bastante más de apicultura que nosotros. Cuando estamos haciendo paquetes, reemplacemos el ahumador por un pulverizador con jarabe liviano. Antes de sacudir las abejas les damos una pequeña rociada. Esto evitará que vuelen y favorecerá que se aglutinen en el fondo del cajón. El estirado de cera dependerá de la cantidad de alimento y de la edad de las abejas. Aquellas que las dividimos cerca de la fecha de enjambrazón tienen mayor capacidad de obrar panales, pudiendo estirar hasta un cuadro diario. No debe faltar nunca el jarabe. De él depende el desarrollo de la familia. Los paquetes subpoblados (menos de 1 kg de abejas) insumen el doble o más de alimento. Lo que ahorramos en abejas lo gastamos en azúcar y tiempo.

CAJA PARA PAQUETES DE ABEJAS





fuente
César Alfredo Massaccesi

COMPORTAMIENTO Y HÁBITOS DE LA ABEJA




 Básicamente,  la mayor diversidad de tareas es realizada por las obreras. La reina y los zánganos tienen función reproductiva. Hay una relación entre el tipo de actividad que realiza la obrera y su edad. Resumiendo, podemos decir que las tareas internas son desarrolladas por la obreras jóvenes y las externas por las más viejas.
Las obreras tienden a realizar grupos de tareas en el interior de la colonia pautado por el siguiente orden cronológico:
• Limpieza de celdas
• Atención de crías y reina
• Recepción de néctar
• Almacenamiento de polen
• Construcción de panales
• Limpieza general del interior de la colmena (deyecciones, restos, etc.) Estas tareas son sucedidas por las externas a la colonia:
• Ventilación
• Guardia
• Pecoreo Comportamiento higiénico Aunque la mayoría de las abejas mueren en el campo, las que lo hacen en el interior de la colmena, ya sean larvas o adultos, son retiradas y arrojadas lejos de ella.


Este comportamiento es determinante para una mayor resistencia a las enfermedades, ya que de ésta manera, reducen los riesgos de diseminación de agentes patógenos en la colonia. Por tal motivo, constituye una de las características a seleccionar en programas de mejoramiento genético. Comportamiento recolector Las abejas pueden recolectar polen, agua, néctar o propóleos. La recolección de cada uno de estos elementos depende de las necesidades específicas de la colonia en cada momento de su evolución. El polen es recolectado por abejas jóvenes, cuyos pelos se encuentran en buen estado. Al visitar las flores y entrar en contacto con las anteras, las abejas quedan cubiertas de polen. Detectan las fuentes de alimento inicialmente por el color. A medida que se acercan a la fuente, el aroma y la forma comienzan a jugar un rol importante. Cada pecoreadora visita varias flores para completar su carga.

El agua es requerida en el interior de la colmena para diluir la miel para alimentar a las larvas, así como para en el enfriado y humidificación del nido. Finalmente, la recolección de propóleos se realiza en días calurosos por pecoreadoras especializadas en esta tarea. La reina Al igual que la obrera se origina a partir de un huevo fecundado. La diferencia en su desarrollo se debe en forma exclusiva a su alimentación durante todo el período larval con jalea real. Dentro de la colonia de abejas, ella es la única con capacidad de postura de huevos fecundados y sin fecundar. Otra de las particularidades es que lasceldas destinadas a reinas tienen posición vertical, el diámetro de las mismas es de 0,8 cm y un largo que oscila entre 1,5 y 2,5 cm. La reina es directamente responsable de la marcha de toda colmena. Por lo tanto, la conducta de los demás integrantes dependerá de: [ El caudal genético de la reina [ Las sustancias producidas por la reina (feromonas que inhiben el desarrollo sexual de las obreras) [ La edad de la reina Una vez que nace es inmediatamente atendida por la corte real: obreras nodrizas que le dan calor y la alimentan con jalea real en grandes cantidades. En su aspecto, la reina difiere de las obreras por su abdomen alargado, que debido al desarrollo de los ovarios, no alcanza a ser cubierto por sus alas. Tiene un aguijón curvo que solo emplea en la lucha contra otras reinas. Su cabeza es acorazonada y las patas son más largas que las de las obreras. Alcanza la madurez sexual entre el quinto y décimo día después de su nacimiento. Por esa fecha realiza sus primeros vuelos de orientación. Si bien la reina puede vivir hasta seis años,  despues del segundo comienza a declinar la postura y a tener cierta tendencia enjambradora.

Según algunos autores, realiza su vuelo nupcial a más de 2 km de distancia del lugar de nacimiento, cuando la temperatura es superior a 20°C y con vientos menores de 15 km/h. Durante el vuelo es servida por varios zánganos (entre 10 y 17), los que no están dispersos al azar en la región, sino que se congregan en áreas determinadas. El semen de los zánganos permanece en perfectas condiciones en la espermateca de la reina, siendo utilizado para la fecundación de huevos durante varios años. Una vez fecundada la reina regresa a la colmena, a veces con los genitales del último zángano que copuló con ella adheridos a su vagina, siendo esto una señal de fecundación. Las obreras la ayudan a quitarse esta señal. A los pocos días (siempre menos de 20) inicia la postura. Es habitual que durante los primeros días ponga más de un huevo por celda. Las nodrizas se encargan de retirar los restantes; con el tiempo esta deficiencia se corrige. La reina no vuelve a salir de la colmena, salvo en caso de enjambrazón. Las obreras Las obreras se originan a partir de huevos fecundados puestos en celdas comunes. Para nacer roen el opérculo en su parte central. Son los habitantes más numerosos de la colonia. Su tamaño es menor que el del zángano y la reina. Nos referiremos a ellas más adelante cuando veamos las actividades que realizan durante su vida y cómo esto está asociado al desarrollo glandular. Los zánganos El zángano se origina de un huevo no fecundado. Las celdas de las que nacerán son de mayor tamaño y poseen opérculos convexos que sobresalen de la superficie del panal. Son los encargados de la fecundación. Al nacer el zángano roe el opérculo al igual que la reina de forma circular. Su cuerpo es grueso y pesado. El abdomen es más corto y redondeado que el de la reina. Sus ojos grandes le permiten detectar a distancia a la reina durante el vuelo nupcial. Su cerebro es el menos desarrollado de todos los individuos, su lengua es corta, por lo que no puede buscar alimento por sus propios medios y apenas puede tomar algo de miel. En general es alimentado por las obreras. Si se separa de las obreras sucumbe rápidamente.

 olfato es delicado y sensible. Aparentemente no realiza tareas internas ni externas. No posee aguijón. Solo sale cuando la temperatura exterior es agradable. Los zánganos que han alcanzado la madurez sexual se reúnen en zonas llamadas "áreas de congregación de zánganos". A estas áreas se dirigen las reinas en su vuelo de fecundación. Tienen la entrada libre a cualquier colmena, lo que representa cierto riesgo sanitario en lo referente a transmisión de enfermedades. Solo pueden fecundar a la reina en pleno vuelo, pues para evertir sus órganos sexuales deben tener sus sacos aéreos llenos de aire. Después de la cópula mueren, pues sus órganos sexuales no vuelven a su posición original. Conjuntamente con el semen vierten una sustancia pegajosa (mucus) que se endurece al entrar en contacto con el aire y forma una especie de tapón. Este tapón, conjuntamente con parte de los genitales del macho, son la señal de fecundación. En una colmena normal la cría de zánganos se inicia a mediados de la primavera y mueren durante el otoño. Solamente conservarán zánganos fuera de temporada aquellas colonias que perdieron la reina por algún motivo.

fuente
César Alfredo Massaccesi