sábado, 18 de febrero de 2017

DICCIONARIO APICOLA, ALEMAN, INGLES ,FRANCES, ESPAÑOL



CARACTERÍSTICAS DEL POLEN : FÍSICAS, QUÍMICAS Y DE SABOR.





 Polen, el “alimento estructural” más importante para las abejas es increíblemente variable. Para determinar sus características podemos usar varios métodos incluyendo aquellos que se apoyan en nuestros sentidos: visual, olfatorio, táctil y gustatorio. 




Parámetros visuales 

Color El polen tiene una increíble variedad en color.William Kirk , en su excelente libro “A color guide to pollen loads of the honey bee”, IBRA, 1994, encuentra para 268 especies de plantas más de 563 colores ! Todos estos colores están sujetos a cambios, en el tiempo, bajo ciertos factores:
n Contenido mineral del néctar usado por las abejas para unir los microgranos de polen con su lengua, “manos” y “ pies” en su vuelo de flor en flor; mientras más rico en minerales es este néctar, más oscuro se pone el color del polen;
n humedad: mientras más húmedo el polen más claro se pone su color;
n  rayos del sol: mientras más prolongada la exposición a ellos menos color tiene el polen;
n infestación de hongos:mientras más alta la infestación el color se oscurece más.
n etc. etc.  
Cada grano de polen debiera tener su propio color, si un cierto grano está manchado con otro color este podría significar:

a) excesiva humedad que permite a dos granos diferentes juntarse
 b) presencia de hongos cuyo desarrollo es favorecido por excesiva humedad.
Este aspecto puede verse más claro en el caso de los pólenes de colores oscuros.
 Desde el punto de vista de la Apiterapia es bueno saber que:  Generalmente un polen multicolor es mejor para consumo general por personas sanas o cuando la persona tiene diversas enfermedades que afectan varios de los órganos y sistemas del cuerpo; un polen mono color es mejor para tratar una condición específica /síndrome/enfermedad/síntoma/signo, cuando uno sabe el origen exacto del polen y sus propiedades terapéuticas. 
Tamaño 
Desde el punto de vista comercial este es uno de los aspectos más importantes. Un buen polen debiera tener gránulos de por lo menos 2 a 5 mm. de diámetro para “impresionar” los ojos del cliente....... Desde el punto de vista de la Apiterapia el tamaño no es muy importante, excepto en el caso de polen seco que si es demasiado pequeño puede estar expuesto a mayor proceso de oxidación que en el caso de polen de mayor tamaño bajo métodos normales de almacenaje. 

 Limpieza 
a pesar de que las abejas y las flores son ejemplos maravillosos de pureza y limpieza se pueden encontrar muchas impurezas en el polen especialmente en estado fresco: impurezas vegetales (pedazos de pasto, pequeñas ramas, etc.);impurezas animales (restos de abejas u otros insectos, larvas momificadas por enfermedades micóticas = cría yesificada; parásitos como varroa o otros ácaros; insectos activos y/o sus huevos);restos minerales (arena o aún pequeñas piedras). Queda claro a todos que sólo el polen perfectamente limpio puede aceptarse para usos en Apiterapia. 
Sensaciones olfativas El olor del polen depende, por supuesto, de su origen floral. Este olor debe tener aroma floral (y no otros olores) que idealmente sea persistente, lo que demuestra la presencia de grandes cantidades de componentes volátiles.Para hacer una buena determinación de los olores del polen es aconsejable usar los siguientes procedimientos: asegúrese que sus orificios nasales están lo suficientemente abiertos y que usted tiene un buen flujo de sangre en el área nasal (cara); haga breves masajes o acupresión en los puntos de acupuntura local; exhale e inhale profundamente varias veces acentuando las fases de exhalación; humedezca un poquito sus fosas nasales con agua pura, el olor de las sustancias se disolverá mejor en la moderada humedad presente en su nariz estimulando así la “recepción” en las áreas olfativas de la nariz;abra el paquete y huela el polen inhalando el aire al principio muy lentamente y después a diferentes velocidades;cuando usted huela trate de llevar la columna de aire tan alto como sea posible en su nariz;trate de determinar el aroma “principal” y los “secundarios”. El polen debe tener un aroma floral más o menos agradable y persistente. A veces el polen puede tener aromas desagradables a causa de contaminación con:solventes de pinturas de la lata o paquete;residuos de sustancias fumigantes;fermentación . el mejor polen de acuerdo a estos parámetros es el que tiene un agradable y persistente olor. 
 Sensaciones táctiles  Las sensaciones táctiles se determinan o entre los dedos, en la palma o entre los dientes.Los principales aspectos que se deben considerar son humedad, el polvo del polen y la consistencia. 
n la humedad: apretando un poquito de polen entre los dedos o mordiéndolo con los dientes incisivos se puede establecer la cohesión de las cargas de polen que es  en proporción inversa a la humedad.  Un típico polen comercial seco debe tener un contenido muy bajo de humedad (menos de 8%); sin embargo, en Apiterapia la humedad no es tan importante si el polen ha sido recolectado muy fresco, y mezclado inmediatamente con miel y/o propóleos o congelado adecuadamente en pequeñas cantidades.  
El polvo de polen: “ el polvo de polen se considera polen cuando los granos no están unidos y se separan uno de otro en cada manipulación” (Bonhevi, 1986). Para poder establecer la cantidad de polvo de polen el dedo índice se introduce y se rota suavemente en la masa de polen; cuando el dedo se retira debiera notarse si el polvo permanece sobre él; un polen de alta calidad no debiera dejar “polvo“ en el dedo. Consistencia: los granos de polen seco debieran tener una consistencia sólida, no debieran ser quebradizos.
 Sensaciones  gustatorias  Estas son determinadas por las papilas gustatorias de la lengua en conexión con el olor. (Bonhevi, 1986). Existen cuatro principales sensaciones gustatorias: 
ácida:es determinada por la parte anterior de la lengua; es más pronunciada en el polen rico en Ericacee ( tipo brezos) y especies Helianthemum  (Tamarilla). 
dulce: detectada por la punta de la lengua; prevalece en el polen rico en Citrus sp. (limones  , naranjos , pomelos), etc.  
amarga: detectada por la parte posterior de la lengua, es específica del polen rico en crucíferas ( col, mostaza etc. ). 
salada: es determinada por la parte posterior media de la lengua; esta sensación no tiene real importancia en el tema del polen.  
 De acuerdo a este parámetro un buen polen debiera tener un sabor intenso. 
Propiedades físico - químicas y composición básica.  
Humedad :   max :    8% para polen comercial seco.
Total de proteínas :   min.  20% 
Carbohidratos : min. 18%
Cenizas :     max.   3.5 % 
Algunas de las conclusiones que se pueden sacar de lo dicho en el texto anterior son:  - no necesitamos ser expertos en polen para poder determinar su calidad pero sí necesitamos tener muy buenos sentidos;- use su nariz, lengua, ojos y piel para determinar la calidad del polen antes de consumirlo o usarlo en cualquier forma;- el principal problema que no puede resolverse a simple vista es el origen del polen; para conocer el origen necesitamos un extenso conocimiento de palinología (análisis de polen) y buenos microscopios;- es importante tener una mente analítica y verificar cuantos parámetros sea posible antes de comenzar cualquier tratamiento con polen (curas);- sólo el polen perfectamente limpio puede ser aceptado para el consumo y para Apiterapia. Generalmente hablando es una buena idea verificar las características agradables de cualquier producto de las abejas. ¿Por qué ? Porque la estimulación propia de nuestros sentidos activa áreas dormidas en nuestro cerebro, así se incrementan nuestros instintos alimenticios. 
  
 Dr. Stefan Stanganciu.

BIOLOGÍA DE LA VARROA



Varroa destructor (Acari: Varroidae) es un ácaro. Un grupo animal estrechamente relacionado con las arañas y las garrapatas más que con los insectos. Varroa vive como parásito externo en las abejas.

Alimentación:
La varroa se puede alimentar y sobrevivir tanto en abejas adultas como en la cría. Los ácaros se alimentan de la hemolinfa (sangre de los insectos) de sus hospedadores mediante picaduras hechas con su afilado aparato bucal.

Reproducción:
El ciclo completo de Varroa destructor ocurre dentro de las colmenas. Consiste en una fase forética (fase de transporte) sobre las abejas adultas y una fase reproductiva dentro de la cría operculada. Para reproducirse, una hembra adulta grávida, se introduce en una celda de cría con larva justo antes de ser operculada, allí se queda en el alimento larval debajo de la larva hasta que la celdilla es sellada. El ácaro prefiere criar en celda de zángano (10-12 veces más frecuentemente) pero también se desarrolla en cría de obrera.

Alrededor de cuatro horas después del operculado, empieza a alimentarse de la larva de abeja y establece una zona de alimentación en el cuerpo de la abeja inmadura para que su descendencia pueda alimentarse durante su desarrollo. Usted puede observar, mirando con detenimiento, restos blanquecinos de heces indicativos de la presencia de varroa, normalmente en la parte final posterior de la pupa de abeja. Estos restos también se ven en las paredes de la celdilla. Sobre 60-70 horas después de opercular la celdilla, la hembra pone el primer huevo. Para más detalles, ver el diagrama del ciclo vital de varroa. El apareamiento entre ácaros hembras y macho hermanos, sucede dentro de la celdilla. El desarrollo del ácaro se hace a través de dos fases conocidas como fase de protoninfa y fase de deutoninfa antes de convertirse en adulto. El desarrollo desde huevo a adulto para los machos sucede en 5 ó 6 días y para las hembras en 7 u 8 días. Cada hembra pone de 5 a 6 huevos, el primer huevo será macho y es seguido de 4 a 5 huevos de hembra puestos a intervalos regulares de 30 horas. El macho emerge primero y la hija más vieja alcanza su madurez sexual 20 horas después. Al poner un solo huevo macho, varroa incrementa el número de hembras que pueden reproducirse en siguientes generaciones. Como el macho no puede sobrevivir fuera de la celdilla, las hembras deben ser fecundadas antes de que la abeja salga o bien quedarán estériles. La duración del ciclo reproductivo estará limitada por el tiempo de desarrollo de la abeja, así que no todos los ácaros llegan a madurar completamente antes de que salga la abeja. Los machos y alguna hembra inmadura mueren, incapaces de sobrevivir fuera de la celdilla operculada. Cuando hay una fuerte infestación dos o más hembras pueden entrar en la misma celdilla para criar y los ácaros hembra pueden producir más de una generación. Las hembras maduras abandonan la celda con la abeja que está naciendo. Algunas de ellas pueden producir una segunda y una tercera generación de ácaros entrando en nuevas celdillas de cria. El número de hembras adultas fértiles criadas en celdillas de obrera varía de 1,7 a 2 pero se incrementa entre 2 y 3 en cría de zángano debido a su periodo de desarrollo más largo. El desarrollo y el estado de la colonia afecta al incremento de la población de ácaros y dependiendo de las circunstancias el número de ácaros puede incrementarse de 12 a 800 veces más. Podemos concluir que los niveles de infestación deben volver a un nivel muy bajo tras la aplicación de un tratamiento supuestamente eficaz.


Longevidad de la varroa: La esperanza de vida de un ácaro de varroa depende de la presencia de cría y puede variar de 27 días a cerca de 5 meses. Durante el verano, la varroa sobrevive cerca de 2-3 meses ya que dispone de cría de abeja y pueden completar de 4 a 5 ciclos reproductivos. En invierno, cuando la puesta es escasa, los ácaros se solapan entre los anillos abdominales de la abeja y sobreviven hasta que comienza el desarrollo de la puesta en primavera. Cómo se propaga la varroa: El ácaro varroa tiene movilidad y se mueve entre las abejas y sobre ellas con facilidad. De todos modos para viajar entre colonias, se sirve de abejas adultas que van a otras colmenas a robar miel, cuando enjambran o se equivocan de colmena. Mediante este método, varroa se disemina lentamente a través de largas distancias. Así que el movimiento de colmenas infestadas es la principal causa de dispersión de la varroa a zonas lejanas de su origen.




































 EFECTOS DAÑINOS DE LA VARROA

 Sobre abejas: Los individuos de abeja afectados por varroa en su desarrollo normalmente sobreviven hasta el nacimiento, pero muestran signos de daños físicos o en su comportamiento como adultos. Tienen menor esperanza de vida, menor peso corporal, alas arrugadas y deformes y menor resistencia natural a enfermedades.
 abeja con el virus de las alas deformes

La cría infestada de varroa puede morir normalmente en el estadio de pupa y permanece en la celdilla hasta que es retirada por las limpiadoras.
Varroa, virus y otros patógenos: Hay muchos virus apícolas que se presentan de forma natural en las poblaciones de abejas sin causar daños significativos. Conforme se va alimentando varroa en abejas adultas, el ácaro actúa como vector y ayuda a la difusión generalizada del virus en las colonias pudiendo causar daños visibles y reduciendo la vitalidad de las abejas. Varroa también puede empeorar los efectos de otros parásitos comunes de las abejas como la Acarapisosis, causada por el ácaro traqueal Acarapis woodi.
Efecto sobre colonias: Un número pequeño de varroas que estén infestando una colonia no suelen causar daños significativos. Asimismo, según el nivel de infestación crece, el riesgo de efectos dañinos es mayor. En colmenas con un manejo deficiente donde la infestación puede crecer, los signos de daños en toda la colonia comienzan a ser evidentes pronto. Infestaciones severas, retardan el reemplazo de abejas adultas por abejas jóvenes vigorosas y puede traer una rápida diseminación de virus dañinos por la colonia. En este momento, las actividades normales de pecoreo, cría y defensa de la colonia, disminuyen y toda la organización social de la colonia comienza a deteriorarse, proceso conocido como “Colapso de la colmena”.

 las abejas detectan las celdillas con varroa y las abren

Frecuentemente el colapso de la colmena es muy rápido (pocas semanas) y puede afectar incluso a colmenas fuertes que no habían mostrado signos de enfermedad. Sea como sea, un detenido examen puede revelar gran cantidad de ácaros en abeja adulta y cría de zángano y obrera fuertemente infestada, muchas veces con varios ácaros por celdilla. El colapso de la colonia puede darse en cualquier época del año, aunque en el Reino Unido parece que ocurre con más frecuencia entre agosto y septiembre (final de temporada). Aún así el colapso de la colmena, el cual puede producirse por invasión de ácaros de colonias vecinas, es muy común en marzo, abril y puede ocurrir incluso en mayo. Estos ácaros se suman a las poblaciones de varroa ya existentes, lo que puede precipitar el colapso de la colonia antes que llegue el final de temporada. Es importante comprobar los niveles de ácaros en primavera para verificar si la invasión ya ha ocurrido.
Signos del colapso de la colmena: - Descenso repentino de la población de abeja adulta, normalmente con unas cuantas abejas muertas presentes frente a la colmena. - Abejas con alas deformadas y abdomen más corto. - Numerosos ácaros de varroa en las ninfas que quedan en celdas de cría de zángano y obrera así como en el suelo de la colmena. - Distintas anormalidades en la cría (cría pobre, salteada, abandonada, cría muerta a veces de color marrón, larvas retiradas por las obreras...) Asegúrese de que estos signos no corresponden a una loque.

Umbral de infestación peligroso No está claro el umbral de infestación a partir del cual se producen daños. Un número de ácaros que apenas causa daños en una colonia, puede ser muy dañino en otra. Esto puede deberse en parte a las diferencias entre niveles de virus y sus tipos así como a la presencia de otros patógenos que existen entre colonias, a la tolerancia natural hacia varroa y, cómo no, a los factores ambientales. No obstante, en el Reino Unido los investigadores coinciden en que es deseable mantener una población de varroa por debajo de los 1.000 individuos por colonia de abejas; por encima de este nivel el riesgo de daños provocados por el ácaro, patógenos asociados y el efecto de desgaste físico de las abejas parasitadas, puede ser grave en poco tiempo. En Europa y en Estados Unidos existen umbrales más altos de 4.000 y 5.000 ácaros por colonia de abejas. Presión invasora del ácaro El movimiento de ácaros entre colonias diseminados por abejas adultas, puede jugar un papel clave en el desarrollo de las poblaciones de varroa. Puede ocurrir en cualquier época del año mientras existe actividad en las colmenas. En áreas de gran densidad de colmenas con colmenas fuertemente parasitadas, la posibilidad de invasión por el ácaro puede ser extremadamente alta y las poblaciones del mismo pueden crecer rápidamente hasta ser dañinos, a veces en pocas semanas.

Incremento de la población de varroa
 El número de varroas en una colonia se incrementa de dos formas: de modo natural con la reproducción en celdillas de cría y por la entrada de ácaros en la colmena sobre abejas adultas.

el número de ácaros se duplica debido a la reproducción en celdillas cada 4 semanas aproximadamente. En la realidad la situación es más complicada debido a muchos factores que influyen en la reproducción del ácaro.
Estimación de la parasitación Cuando se encuentra varroa al principio, debe aprender a estimar regularmente el nivel de infestación a lo largo de la temporada. La infestación puede crecer más rápido en unos años que en otros. Un programa de control que sea efectivo un año, puede no serlo el siguiente. Controlar nuestras colmenas rutinariamente puede decirnos como se está desarrollando la infestación. Usted puede usar esa información obtenida para decidir qué métodos son apropiados y cuándo usarlos. Existen métodos de valoración para estimar el nivel de infestación, desde los más rápidos y aproximados hasta los más complejos y precisos. Usted escogerá el más apropiado a su nivel como apicultor.
MÉTODOS DE ESTIMACIÓN
¿Cada cuánto debo cuantificar la infestación? Lo mejor es hacer al menos tres controles por temporada: al inicio de primavera, tras la floración primaveral (mielada) y al final del otoño. Si cree que puede haber reinfestaciones, la frecuencia de controles debe ser mayor. ¿Cuántas colonias debo mirar? Los niveles de ácaros varían mucho entre colmenas, así que lo ideal es mirar todas. Como esto no es siempre posible para un número alto de colmenas, en estos casos se deberá mirar un número representativo de colmenas de cada colmenar. Asegúrese de controlar las colmenas más fuertes que suelen tener el mayor número de ácaros.

CÓMO CONTROLAR LA INFESTACIÓN DE VARROA El propósito fundamental de controlar la varroa es mantener al ácaro por debajo de los niveles peligrosos (conocido como nivel de daño económico) y por lo tanto, tener colmenas a punto para la producción de miel y otros productos apícolas, así como para la polinización. No es necesario erradicar a todos los ácaros para hacer un control efectivo de varroa y no es aconsejable intentarlo. Aún así. Cuantos más ácaros quedan, antes se alcanzan niveles peligrosos para las colmenas  . Con un 80% de eficacia el umbral de peligro (1.000 ácaros) se alcanza de nuevo en sólo 65 días, con un 90% en 100 días y con un 99% se desarrollará tan lentamente que no dará problemas hasta la temporada siguiente. Tipos de tratamientos: Los actuales métodos de control usados por los apicultores se dividen en 2 grupos principales:

Varroicidas:
El uso de productos químicos para matar ácaros o reducir su número. Se aplican en la alimentación, directamente sobre las abejas adultas, como fumigaciones o en aerosoles, tiras de contacto o evaporación. Estos incluyen productos registrados por comerciales veterinarias y productos genéricos no autorizados. Métodos

biotécnicos o de manejo:
Reducen la población de ácaros de modo natural.  atrapar los ácaros en cuadros de cría que son sacados y destruidos.

LA MIEL EL PEOR ENEMIGO DE LAS BACTERIAS



La capacidad antibacteriana de la miel viene dada por varios factores. Su alta concentración en azúcar hace que tenga capacidad para matar las bacterias. Otros factores que hacen a la miel un perfecto antibacteriano son el peróxido de hidrógeno y el metilglioxal. Su acidez y la Defensina-1 también actúan contra microorganismos no deseados en nuestro cuerpo.


Los múltiples beneficios de la miel son conocidos por muchos, aunque quizá lo que sigue siendo desconocido para la mayoría es por qué la miel resulta un antibacteriano tan eficaz para el ser humano. Ante un escenario en el que muchos medicamentos y antibióticos actuales se topan con bacterias cada vez más resistentes, la miel se ha convertido en uno de los remedios más recomendados por los especialistas para hacer frente a infecciones bacterianas. Sus beneficios son innumerables: ayuda a estimular el sistema inmunológico, ayuda en la digestión y pérdida de peso, e incluso aliviar los síntomas del resfriado, entre otras ventajas. La miel es aproximadamente 17% de agua y el resto se compone de dos tipos de azúcar, fructosa y glucosa, los cuales atraen el agua. Cuando una bacteria, moho u hongo entra en el cuerpo, la miel funciona aspirando directamente el agua de ese organismo invasor, lo que lo inutiliza. Al no contener agua suficiente, la miel se convierte a su vez en un 'lugar no apto' para vivir para estos microorganismos, explican desde Medical Daily. De esta manera, la miel inhibe la formación comunidades de bacterias y debilita su capacidad de actuación. Su alta concentración en azúcar hace que tenga capacidad para matar las bacterias a través de un proceso denominado lisis osmótica. Otros factores que hacen a la miel un perfecto antibacteriano son el peróxido de hidrógeno y el metilglioxal, dos potentes 'armas' contra las bacterias. Pero ahí no acaba la cosa. La miel tiene un pH de 3,5 aproximadamente, un entorno ácido que favorece la ralentización del crecimiento bacteriano y también Defensina-1, una proteína que actúa contra las bacterias que es producida por las abejas y añadida por estas a la miel.




QUE ES LA FLORA APÍCOLA



flora apícola se conoce como el conjunto de especies vegetales que producen o segregan sustancias o elementos que las abejas recolectan para su provecho.
Generalmente estas son néctar, polen, propóleos o mielada y de ellas depende el rendimiento, calidad y diferenciación que pueden tener los productos de la colmena. Las relaciones entre la flora, las abejas y la intervención del apicultor constituyen una verdadera cadena de intereses en la que la flora apícola oferta recursos que la abeja necesita para su alimentación y para generar productos secundarios que serán utilizados por el apicultor y aprovechados para su beneficio.

Las abejas normalmente presentan ciertas preferencias por algunas especies debido a la morfología de las flores y a la disponibilidad y calidad del néctar, polen o exudados presentes en las mismas. Por esto es importante conocer cuáles de esas especies son aprovechadas por las abejas, ya que de ello depende el origen botánico de las mieles y pólenes que hacen parte de los productos de los apicultores. El conocimiento alrededor de las especies vegetales que sirven de alimento a las abejas es fundamental para que los apicultores identifiquen las características diferenciales de las mieles y pólenes producidos en su apiario. En la mayoría de los casos, los apicultores cuentan con importantes conocimientos alrededor de sus productos y los procesos ecológicos desde los cuales estos se generan.
¿ Porque es tan importante la flora apícola?

Al establecer una zona destinada a la producción apícola, es importante determinar la flora circundante y los recursos que esta aporta a la colmena, pues estos le imprimen las características o propiedades organolépticas especiales (olor, color, sabor) a los productos que se generan en los apiarios. De la misma manera, permite obtener productos diferenciados, así como establecer pautas de manejo de las colmenas y el aprovechamiento de los recursos ofertados por las plantas. Conocer la flora apícola en una determinada zona, región o finca, debería ser el primer requisito que se debe tener en cuenta para asegurar el éxito de la práctica apícola. Uno de los beneficios derivados del conocimiento de oferta la floral es la determinación botánica de las mieles y pólenes, es decir, la diferenciación de los productos de acuerdo con la especie botánica de la cual se obtuvo el recurso y de la que derivan su valor medicinal o nutritivo. La diferenciación por origen geográfico permite establecer las zonas en donde se están duciendo las mieles, teniendo en cuenta la gran diversidad de ecosistemas colombianos que aportan recursos para el aprovechamiento de las abejas. El origen geográfico de las mieles está determinado por el área donde está ubicada la flora apícola que ha sido utilizada por las abejas en la producción de miel y polen. Al igual que la determinación botánica, el origen geográfico permite la diferenciación de los productos obtenidos y su conocimiento se considera una herramienta que contribuye al desarrollo de garantías para los procesos de comercialización y que puede facilitar su seguimiento y trazabilidad. Conocer la flora y el espacio geográfico que está dando origen a los productos de la colmena permite mejorar la productividad de la misma y desarrollar acciones para acceder a mercados diferenciados ofreciendo productos con un mayor valor añadido.

¿ como identificar la flora apícola del entorno de su apiario?
La flora es el insumo más importante para la actividad apícola, pues de ella las abejas recolectan los recursos que utilizan para la elaboración de su alimento y para la realización de las diferentes labores en la colmena para obtener productos secundarios, polen, miel y propóleos, entre otros, que son aprovechados por el apicultor para su beneficio. Las siguientes son algunas actividades que deben tenerse en cuenta para determinar la flora apícola en la zona en donde está o piensa establecerse un apiario.
Observe si las abejas llevan polen, néctar, propóleos o exudados. Esto permitirá garantizar que haya especies que aporten recursos diferentes en distintas fechas o especies de sostenimiento, que florecen durante todo el año y favorecen a las colmenas en la obtención de alimento para el sustento en los periodos críticos o de escasez. Recuerde que a mayor diversidad y cantidad de especies, mejor será la obtención de recursos florales, como néctar o polen, para la producción.

Además de realizar la observación y seguimiento a las especies con características apícolas, es necesario reconocer las zonas aledañas al apiario e identificar principalmente otros apiarios cercanos, fuentes de agua, desarrollo de actividades productivas, que son factores que puedan afectar la práctica apícola. De la variedad de especies existentes en el área dependerá la oferta de recursos para las abejas. Los factores que más limitan el establecimiento de la apicultura son las áreas de cultivos comerciales donde se realizan fumigaciones para control de plagas, las zonas deforestadas y la reducción de áreas de bosques nativos. Ante la pérdida cada día mayor de zonas de vida para las abejas es recomendable incrementar la oferta floral mediante actividades de resiembra continua y recuperación de zonas con las especies de importancia apícola y documentar e investigar sobre el aporte de esta flora a la producción en la colmena. Así se incrementa la productividad en los apiarios.


TECNICAS DE MULTIPLICACIÓN DE COLMENAS




Cuando se aproxima la primavera, es ya momento de tener planificada la cantidad de nuevas colmenas que queremos producir. Conviene tener claros los procedimientos que nos permitirán conseguir esa meta. Existen varias alternativas para incrementar el número de nuevas familias a partir de un colmenar ya existente, cada una de ellas tiene ventajas y desventajas de acuerdo con la situación particular de cada productor. No es lo mismo ser un apicultor o apicultora que cuenta como único tiempo libre los fines de semana y las vacaciones, que un productor que dispone de todo su tiempo.




No existe un método o manera de hacerlo que sea universalmente eficaz. El éxito depende de una serie de factores que deberán ser manejados correctamente. Vamos a intentar relatar las estrategias más sencillas y sus ventajas e inconvenientes. De cualquiera de las maneras se han de hacer una serie de elecciones sobre diferentes aspectos de la multiplicación.

Elección del momento de la temporada:

Un aspecto fundamental a considerar es la época que se considera válida para hacer crecer el apiario. Por cuestiones de tradición comúnmente se sostiene que sólo la primavera es el momento apropiado, pero el fin del verano (antes de que comience el pillaje) nos da también una excelente oportunidad que lamentablemente se deja de lado sistemáticamente.

Elección del sitio de multiplicación:

A su vez, conviene separar dos posibilidades:
o Hacer crecer el colmenar dentro del mismo, es decir, que las nuevas colmenas se queden en el mismo colmenar de donde se tomaron cría y / o abejas para formarlas.
o Llevar todas las nuevas unidades a un nuevo colmenar para "en teoría" evitar su despoblamiento.


Elección del tipo de reina:


Y por último decidir que se usará para cada nueva colmena:
-Reina Fecundada.
-Reina Virgen.
-Celda Real.
-Nada (cría normal de obrera: núcleo ciego)

Elección del método de multiplicación:

En principio se pueden señalar dos métodos de multiplicación :
o hacer núcleos (con cría)
o  hacer paquetes (sin cría)
Cada uno de ellos tiene gran cantidad de variantes, inclusive existe un método muy utilizado en California (EE.UU.) que es un híbrido entre un núcleo y un paquete ya que combina las ventajas de ambos.

Veamos las principales respuestas a estas preguntas:

¿Cuándo multiplicar el colmenar, en primavera o al finalizar el verano ?

Según indican los dogmas predominantes en apicultura, la única posibilidad de incrementar el apiario es durante el breve período de la primavera, que es cuando ocurre el crecimiento acelerado de las poblaciones de abejas. Sin ninguna duda, sería absurdo no aprovechar la oportunidad de dividir colmenas que de otro modo enjambrarían. Sin embargo, la disminución de la calidad de los pólenes primaverales en determinadas floraciones -debido a los avances de la ciudad y de una agricultura cada vez más intensiva- hace que las primaveras no sean lo que eran hace unos años, esta puede ser una de las causas que motivan el atraso en el desarrollo de las colmenas, si las comparamos con otras épocas.



¿Qué significa esto? Que cada vez con más frecuencia, los núcleos o paquetes hechos en primavera tienen menos posibilidades de transformarse en colmenas productoras de miel durante la misma temporada en que se confeccionaron. Es decir, que un núcleo o paquete hecho en Octubre o Noviembre, muy probablemente no tenga suficientes ciclos de cría como generar una población con tal cantidad de pecoreadoras que pueda aprovechar una mielada. De nada sirve llegar a la mielada con colmenas en crecimiento que tienen poblaciones medianas, ya que este tipo de familias tiene una mayoría de abejas de interior (nodrizas + cereras) y les faltan pecoreadoras, por lo que a pesar de lo excepcional que pueda llegar a ser la mielada nuestras colmenas en desarrollo no podrán sacar provecho de ella.


Normalmente se considera que una población de 10.000 abejas (aproximadamente 1 kg. Equivalente a las abejas adheridas a unos 4 cuadros) precisa 84 días (cuatro generaciones de cría de obrera) para transformarse en una colmena productiva. Si un núcleo o paquete se prepara a mediados  abril, durante la primera semana de  junio habrá alcanzado este nivel poblacional. ¿Existe una solución? Claro que sí, consiste en adoptar un criterio de manejo que no es nuevo para muchos apicultores pero que es poco conocido, se trata de hacer lo que se llama «núcleos de fin de temporada» o «núcleos tardíos», a partir de colmenas que ya fueron cosechadas después de los últimos flujos nectaríferos. Esta modalidad de los núcleos mal llamados "tardíos" (mejor llamarlos super-tempranos, porque se anticipan 6 meses a la próxima temporada), sumada al cambio de reinas en colmenas a fin del verano, será  una de las claves para llegar a esa apicultura de primer nivel por la que toda su vida trabajó el Dr. Israel Werthein.




Estos núcleos, que se pueden hacer durante Febrero y Marzo, más o menos según las distintas zonas, mediante alimentación con jarabe de maíz de alta fructosa o jarabe de azúcar, tortas proteicas de levadura  un correcto tratamiento sanitario invernarán en óptimas condiciones y arrancarán en su desarrollo hacia fines de enero. A finales de febrero   es cuando puede comenzar a dividirse colmenas con cierta tranquilidad, respecto al inestable clima primaveral,  estos  núcleos "tardíos"  estarán esperando cámaras de cría ansiosas por recibir su segunda alza.


¿Dónde multiplicar, en el mismo colmenar o trasladando los enjambres?. Sentido de la orientación y radio de vuelo de las abejas, su influencia en el crecimiento del colmenar:

Nos encontramos aquí con un punto clave. Cuando uno consulta a los expertos o lee los manuales de apicultura más conocidos se lleva la impresión de que para poder hacer núcleos, a partir de colmenas ya existentes, es imperativo contar con un segundo apiario, distante al menos 3 Km del que se sacarán las abejas. Caso contrario, esto es, hacer núcleos dentro del mismo colmenar sin llevarlos afuera, significaría arriesgarse a su despoblamiento. Esto es cierto si se utiliza uno de los métodos más conocidos, pero existen al  menos tres procedimientos que hacen posible multiplicar las colmenas en el recinto del mismo colmenar. Pensemos no sólo en aquellos apicultores que disponen de un único lugar, sino también en otros supuestos, como cuando la lluvia nos impide llegar  hasta alguno de los distintos apiarios donde habría que ubicar los nuevos enjambres ¿qué hacemos en estos casos?, ¿dejamos de hacer los núcleos sólo porque luego de confeccionarlos estos no pueden ser trasladados hasta otra ubicación? Si Ud. quiere evitarse esas molestias y está dispuesto a probar nuevas formas de trabajo, puede probar algunas de las siguientes técnicas.



Procedimientos para cuando los núcleos se hacen y se quedan dentro  del mismo colmenar:

Método A, división simple, por dos:

Consiste en dividir por dos una colmena dentro del mismo apiario, manteniendo cantidades parejas de población, cría y miel en ambas.

Se parte, al menos, de una cámara de cría bien poblada (aproximadamente con siete u ocho marcos de cría). Esta colmena se mueve para atrás o hacia un costado (nunca hacia adelante, después se dirá por qué) como mínimo un metro y medio. En su lugar se coloca una nueva cámara o un núcleo, del mismo color que la colmena que ocupaba ese lugar, donde pondremos tres o cuatro cuadros de cría, mayoritariamente abierta (sin opercular), mirando que no lleven la reina, que deberá quedar con el resto de la cría en una nueva posición. Se completan los espacios vacíos con cuadros obrados o con cera estampada. Unas 24 a 48 horas después de haber sido constituida la nueva colmena debe recibir una celda real madura o una reina fecundada enjaulada. Por el hecho de ocupar el lugar de una colmena que se trasladó a otra ubicación, el núcleo contará con un muy buen nivel de pecoreadoras y abejas adultas que cuidarán adecuadamente la cría, por lo tanto no habrá despoblamiento, ni cría muerta por enfriamiento. Decía que nunca hay que colocar por delante del núcleo la colmena de la cual se sacaron los cuadros que dieron origen a él porque captará las pecoreadoras y causará el  despoblamiento de la nueva familia.




Mientras tanto la colmena de la cual sacamos los cuadros, conserva la reina y la mayor parte de la cría sellada. Es verdad que ha perdido muchas pecoreadoras, pero en pocos días nacerán muchas abejas que aunque programadas por su edad para ser nodrizas, acortarán y/o saltearán su función para transformarse en abejas pecoreadoras. Una evolución de más de 40 millones de años ha permitido a las abejas desarrollar maravillosos mecanismos de supervivencia, y uno de ellos es esa extraña capacidad de  adelantar o atrasar su reloj biológico (rejuvenecer o envejecer) para cumplir tareas que según su edad cronológica teóricamente ya no podrían cumplir. Así,  las pecoreadoras pueden reactivar sus glándulas hipofaríngeas y cereras o abejas muy jóvenes disminuir su período como nodrizas y cereras para salir a pecorear antes si las necesidades de la colonia así lo requieren.



Dos a tres semanas después, la colmena que nos proporcionó cría puede ser movida nuevamente y darnos otro  núcleo adicional. Llegar a esto implica tener reinas muy prolíficas, excelente nivel sanitario y si fuera el caso suministrar jarabes estimulantes o de sostén, complementados con algún sustituto de polen. Como ven este método es seguro, no se arriesgan colmenas, tiene como desventaja que solo se puede producir un núcleo por colmena cada vez.

Método B: división triple, de una, dos ó tres más:

Es una modificación del método anterior. Produce una división aun más drástica de la colmena, por lo que se recomienda primero probar con pocas colmenas hasta  familiarizarse con esta técnica.

El punto inicial puede ser una colmena que sea cámara de cría o doble cámara. Se busca la reina, para lo que se extraen los cuadros uno a uno, colocándolos al costado de la colmena en posición vertical. Una vez que se encuentra la reina ésta se reintroduce en la colmena junto con un sólo cuadro de cría, principalmente operculada, el resto de los espacios vacíos se completa con cuadros obrados o con cera estampada. El resto de la cría, con sus abejas adheridas (al menos 6 cuadros) y la miel, se coloca a razón de dos cuadros de cría más uno o dos de miel en núcleos o alzas con piquera reducida, que son trasladados a otro sector del colmenar. Esto nos permitirá formar unos tres núcleos con mucha abeja por nacer.
Cada uno de estos núcleos tiene, en proporción, pocas pecoreadoras y muchas nodrizas, por lo que suele ser muy útil el uso de jarabe en alimentadores internos Doolittle, que compensen la falta temporal de pecorea. En el lugar de la colmena queda un enjambre constituído por la mayoría de las abejas adultas, la reina y un sólo cuadro de cría. Si esta división se realiza al principio de la primavera, y se está dispuesto a sacrificar la cosecha de miel, puede volver a repetirse unos 30 a 40 días después y luego reiterarse una vez más hacia fin de temporada. De este modo, de cada colmena puede llegar a producirse una interesante cantidad de núcleos.


 



Una ventaja de este método radica en que debido a la gran proporción de abejas jóvenes, cada una de las nuevas divisiones aceptará con mucha facilidad las reinas fecundadas o celdas reales que se introduzcan. Deberá observarse con cuidado que los cuadros utilizados para las divisiones estén bien cubiertos con abejas y que durante unos diez días no les falte suministro de jarabe si es que no hubiera una buena entrada de néctar.

Método C: división múltiple ("abanico"), de una, muchas:

Se conoce como "método del abanico", su autoría corresponde a un apicultor francés llamado Pierre Jean Prost, quien lo incluye como parte fundamental dentro de un muy interesante procedimiento intensivo para la producción de miel.

Este procedimiento, en principio, es inverso al detallado en el punto anterior. Como siempre, se parte de una colmena bien poblada. Se van sacando los cuadros uno a uno hasta que se localiza la reina, una vez que se la encuentra se la vuelve a introducir en el alza acompañada por dos cuadros de cría operculada con abejas adheridas, para luego mover este conjunto a otro lugar del apiario (atrás o al costado por lo menos un metro y medio).

En el lugar de la colmena original, quedan varios cuadros de cría con abejas adheridas que se reparten  entre tres o cuatro núcleos o alzas (del mismo color que la colmena original) en forma de semicírculo . Las abejas pecoreadoras se distribuyen entre las tres o cuatro piqueras de estas nuevas familias. A las pocas horas se puede ver que alguno de los núcleos gana abejas con respecto a otro que queda menos poblado, en ese caso se cambia el núcleo más poblado al lugar del que tiene menos abejas y viceversa, así quedan aceptablemente equilibradas y parejas las poblaciones.


 




La conveniencia de este procedimiento es, que a diferencia de los anteriores se consigue que todas las nuevas divisiones tengan una cantidad uniforme de cría, abejas de interior (nodrizas y cereras) y pecoreadoras. Mientras que la parte que conserva la reina en unos 40 días se habrá recuperado y nuevamente será una cámara de cría. Hay una salvedad, y es que este método no resulta práctico para quien esté dispuesto a emplear sólo celdas reales, la razón es obvia, al encontrarse las piqueras de tres a cuatro núcleos en forma de semicírculo separados por no más de 15 a 20 cm, si usamos celdas reales para tener las nuevas reinas corremos el grave riesgo de que cuando estas realicen los vuelos de fecundación se confundan de piquera al regresar y sean matadas por las abejas de un núcleo que no es el suyo. Por eso y para no tener problemas, este método requiere la utilización de reinas fecundadas.

Método E : Paquetes de abejas

Un paquete es el equivalente a un enjambre artificial, en el que se procura reunir un grupo de abejas obreras que pese entre 1 Kg (8.000 abejas) y 1,3 Kg (12.000 abejas), con una reina enjaulada. Sin embargo, entre un paquete y un enjambre natural existen diferencias, como estas :

-En un enjambre natural suele haber unas 15.000 obreras, de las que un 80% son cereras a punto de convertirse en pecoreadoras. Esto explica la gran capacidad de labrar panales que poseen los enjambres. Por otra parte los enjambres, en su gran mayoría, llevan reinas de 2 años, que serán reemplazadas poco tiempo después de instalarse en la nueva colmena.






En un paquete hay menos abejas que en un enjambre. Estas abejas obreras son principalmente nodrizas, a punto de transformarse en cereras y la reina de un paquete siempre es nueva.

¿Qué significan estas diferencias desde el punto de vista práctico? Que el enjambre, al tener abejas más viejas, no precisa de alimentación en forma de jarabe ya que sus integrantes son potenciales pecoreadoras. Sin embargo las abejas del paquete son nodrizas, con una gran capacidad para alimentar larvas, más que para salir a pecorear, aunque gracias a la gran flexibilidad para el cumplimiento de tareas por edad, podrían hacerlo. Debido a esta inmadurez para la pecorea los paquetes deben ser constantemente alimentados con jarabe, al menos hasta que nazca la primera tanda de obreras.

El paquete de abejas sufre un punto crítico en su desarrollo 20 días después de haber sido instalado en la colmena. El motivo es que en ese momento existe un desequilibrio entre las edades de las abejas que lo componen, ya que hay mucha cría tanto larval como sellada, mientras que las abejas adultas originarias del paquete son ya bastante viejas, durante casi un mes no ha habido nacimientos de abejas nuevas ; las primeras nodrizas, hijas de la reina que va con el paquete nacen tarde para cubrir ese bache. Esta situación, que podría frenar el desarrollo del paquete, puede corregirse fácilmente si, 15 días después de instalarlo en la colmena, se agrega un cuadro de cría sellada, por nacer, que asegure la provisión de abejas nuevas en el momento oportuno.

Método Californiano : Combinación de paquetes de abejas con cuadros de cría:

Se parte de la base de que se tienen, al menos, dos colmenares, distanciados 3 km uno de otro. Uno que proveerá los paquetes y otro que suministrará los cuadros de cría y que al mismo tiempo servirá como lugar de instalación de las divisiones. Consiste en formar un núcleo que estará compuesto por 350 gr de abejas, un cuadro de cría sellada y un cuadro de miel.


 




En el colmenar que nos dará los paquetes, se procede a sacudir abejas a través de un embudo en una caja con tejido de mosquitero. Una vez que se tiene las abejas necesarias se llevan al apiario de donde se sacará la cría. Puede instalarse al pie del embudo un excluidor de reinas para garantizar que no se arrastra a esta de su colmena.

En el segundo colmenar se extraen 2 o 3 cuadros de cría sellada por colmena, sin abejas y sin buscar la reina. Como lo único que nos interesa es la cría, las abejas se sacuden en su colmena y si la reina estuviera en un cuadro será devuelta a la colmena sin necesidad de buscarla. Una vez que tenemos los cuadros se colocan a razón de cuatro de cría y cuatro de miel en un alza, sobre ellos se vuelca un paquete de 1,4 Kg de abejas. Al día siguiente se toma un cuadro de miel y otro cuadro de cría ambos con abejas adheridas y se colocan en alzas o núcleos, en cualquier lugar del apiario, se  les introduce una reina o una celda y se alimenta con jarabe si fuera necesario.

La ventaja de este método está en la distribución uniforme de las abejas y en su desorientación que facilita su posterior instalación en distintas partes del colmenar.


¿Qué usar: celdas reales, reinas fecundadas, reinas vírgenes o nada ("núcleos ciegos")?

Cada una de estas alternativas tiene aspectos positivos y negativos. Si bien lo más barato es hacer núcleos ciegos, ya que no se gasta nada, es  lo más caro por el desperdicio de recursos, la baja calidad de las reinas resultantes y la poca productividad de las colmenas hechas con este procedimiento.

Pero como soy criador de reinas, debo estar más que  precavido para que nadie piense que aprovecho este espacio para promocionar o vender reinas fecundadas. Por suerte este no es el caso, trataré de hacer una presentación objetiva de los hechos para que cada uno pueda decidir con libertad y  tener suficientes elementos de juicio.

Celdas reales:

En principio tienen la ventaja de un menor costo con respecto a las reinas fecundadas y a las reinas vírgenes. Cuando un apicultor compra celdas, o se las hace, debe tener en cuenta que hay un porcentaje de alrededor del 10% que no nacerán por mala manipulación, enfriamiento, golpes, etc.


 


Hacerse las celdas es relativamente sencillo, basta tomar una colmena seleccionada por sus buenas características de producción, resistencia a las enfermedades, docilidad, no enjambrazón, y ponerle un marco obrado oscuro y vacío en la zona de puesta de la reina. A los tres días se saca ese cuadro con postura y se coloca en un núcleo con dos cuadros de cría operculada, uno de miel y uno de polen y la abeja cepillada que quepa. Si lo alimentamos con jarabe este núcleo hará una cantidad variable de celdas reales, entre 10 y 30, dependiendo de la cantidad de abejas que lleve y del tiempo que haga. Se puede tener así un suministro de celdas reales de origen y edad conocida y en cantidades previsibles para programar la multiplicación del colmenar.

Además, hay que considerar la calidad de la fecundación, que será resultado de los zánganos que predominan en la zona donde se lleven la celdas para su introducción. Un aspecto fundamental es el porcentaje de fecundación real, no el esperado, en otras palabras: después de nacer, no todas las reinas vírgenes se aparearán satisfactoriamente; en un criadero industrial de reinas un porcentaje de fecundación aceptable ronda el 70%.  Para un criadero esto no es ningún problema, ya que se trabaja con pequeños núcleos de fecundación, que utilizan muy pocas abejas ( el equivalente a un cuadro ). Pero en un colmenar no tiene mucho sentido utilizar como núcleo de fecundación unidades (núcleos o colmenas) de cuadros estándar, que son caras en cría y abejas.

Si sumamos las reinas que no nacen de las celdas y las que fracasan en el proceso de fecundación, llegamos a que, a menudo, cerca de un 40% de los núcleos en que se introducen celdas reales no tendrán una reina en postura. ¿A qué nos lleva esto? A que 15 días después de la introducción de las celdas (cuando tendría que haber una reina en plena postura), tengamos que revisar varios núcleos para destruir reinas vírgenes y/o mal fecundadas o para  agregar cría abierta antes de introducir una nueva celda para evitar la aparición de obreras zanganeras.

Esto significa que para algunos núcleos transcurrirá más de un mes entre su formación y el inicio de la postura de la reina.  Para quien no conoce el manejo de la cría de reinas parecería que, según lo anterior, es más rentable producir reinas fecundadas que celdas reales. Nada más alejado de la realidad, ya que los costos de producción de las celdas reales son muy inferiores.

Reinas Vírgenes:

Hay gente que dice usarlas sin problema. Pero dan resultados irregulares. Plantean muchas dificultades para la manipulación individual de cada celda y para lograr un ambiente adecuado para el nacimiento y cuidado de las reinas vírgenes desde su nacimiento hasta la introducción en núcleos o colmenas.

Nada: "Núcleos ciegos":

Parece mentira que este siga siendo un método para la multiplicación del colmenar, pero lo cierto es que lo es. Esta práctica es una de las principales responsables -junto con un mal manejo sanitario- de la bajísima productividad de muchos apiarios, como apuntan muchos apicultores observadores.


 


Un "núcleo ciego" se forma con 3 a 5 marcos -con miel, cría y abejas- pero sin reina fecundada, o no, ni siquiera con una celda real madura. Por tanto, las abejas del núcleo, al estar completamente huérfanas, deben ellas mismas criar una reina, a partir de larvas de obrera, que está presentes en los cuadros de cría que lleva el mismo núcleo.

Para algunos, el único inconveniente de este método es que los núcleos así formados tardan más días que un núcleo hecho de otra forma en tener una reina poniendo. Esa demora no sería importante si la calidad de las reinas criadas en estos núcleos ciegos fuera buena. La realidad demuestra que estas reinas son deficientes en su función de desarrollar una gran población, que es la base de una gran cosecha. Pero ¿por qué estas reinas, criadas en núcleos ciegos, resultan mucho menos prolíficas que las reinas producidas en un criadero de reinas o de las nacidas por el instinto natural de las abejas, que se manifiesta en dos casos : enjambrazón y reemplazo?
Algunas de las razones son las siguientes:

-El diámetro de la celda real:  la celda real artificial -empleada en un criadero - es de 9 mm, idéntica al diámetro de una celda real de 

enjambrazón o de reemplazo. Este espacio permite desarrollar el aparato reproductor de la futura  reina en toda su plenitud, especialmente los ovarios. Cada ovario de una reina bien criada posee unas 180 ovariolas y el peso de esa reina debe ser -como mínimo- de 200 mg.

En cambio, la futura reina de un "núcleo ciego", ha sido criada en una celda de obrera, que tiene 5,25 mm de diámetro. Aunque las abejas destruyan una parte de las paredes y la amplíen el espacio puede quedar más limitado, lo que inhibirá la potencial expansión de su aparato reproductivo y producirá una reina con menos ovariolas, es decir, con menos capacidad de poner huevos.

-Tipo de larva alimentada : en un "núcleo ciego", las abejas huérfanas alimentarán con jalea real a numerosas larvas, algunas muy jóvenes -menos de 24 hs. de vida- mientras que otras larvas empiezan a recibir jalea entre 48 y 72 hs. después que eclosionaron del huevo. ¿Qué sucede entonces?, que muchas larvas que ya recibieron alimentación de obrera, repentinamente son alimentadas con jalea real, cuando su desarrollo estaba orientado para ser obreras. De estas larvas surgen formas reinas con alguna característica de obrera, menos eficaces en la tarea de poner huevos. Lamentablemente las reinas que nacen primero son las criadas a partir de larvas grandes, y estas destruyen las celdas reales de larvas más jóvenes, que recibieron jalea real desde la etapa más temprana de su desarrollo y que eran potencialmente mejores.

-Cantidad de abejas: se estima que son necesarias unas 250 abejas nodrizas para alimentar una larva de reina. En un "núcleo ciego" difícilmente existe tal cantidad de abejas nodrizas para la cantidad de celdas reales que son iniciadas.

Pocas veces se han investigado las causas de la pérdida de reinas en el vuelo nupcial -a excepción del gran criador -ya fallecido- Jacinto Naveiro. Se ha  comprobado que la deficiente alimentación  durante la etapa larval da como resultado reinas mediocres, que fallan en retornar al núcleo de fecundación.

Esperamos que las razones expuestas sean suficientes para comprender por qué el uso de los "núcleos ciegos" no es el método más eficaz para reponer bajas o hacer crecer el  colmenar, y para hacer pensar que la multiplicación puede hacerse por otros caminos con mejores resultados.


fuente
http://www.malkaqueens.com/