lunes, 26 de diciembre de 2016

COMPORTAMIENTO HIGIÉNICO O EFECTO "GROOMING" EN APIS MELLIFERA




  Comportamiento higiénico o efecto "grooming" en Apis mellifera

El comportamiento de desparasitación entre abejas, conocido como «grooming», es un factor importantísimo que hay que considerar como un criterio en la selección de reinas y como un factor de resistencia a enfermedades, ya que al parecer nos estaría indicando la presencia de una resistencia de la abeja a Varroa destructor, lo que a mediano plazo nos puede conducir a una disminución de los tratamientos con moléculas de síntesis.


Bajo este enfoque, se podría obtener una tolerancia abeja-Varroa similar a la que presenta Apis cerana, la que cohabita sin problemas con Varroa, lo que a su vez sería ideal para nuestra apicultura. Los mecanismos de esta tolerancia son estudiados actualmente en diversos países y se apoyan en la particularidad biológica o de comportamiento de este tipo de abejas. Esta selección de nuestra abeja melífera tolerante a Varroa, aún se encuentra lejos de conseguir la meta de fijar este carácter de tolerancia o resistencia, lo que nos permitiría un control eficaz de Varroa, que respete las abejas y sus productos, sin embargo existe un gran optimismo en el medio científico, ya que los trabajos relacionados con el comportamiento higiénico, muy desarrollado en cierto tipo de abejas, nos demuestran que estas son capaces de detectar la presencia de elementos patógenos en cría ya operculada y así eliminar las larvas enfermas.


Podemos decir que el efecto «grooming» o comportamiento de desparasitación (despiojado, auto-limpieza, acicalamiento, comportamiento higiénico, etc), se manifiesta en la práctica de dos formas diferentes:

a) Auto-»grooming» behavior: o “comportamiento de auto-limpieza”; es decir, un cepillado por parte de la abeja, de su propia cabeza, de su tórax y de su abdomen, con ayuda de su primer y tercer par de patas.

b) Allo-»grooming» behavior: o “comportamiento de alo-limpieza”; es decir, una limpieza de la abeja por parte de sus congéneres. Estas buscan activamente el ácaro, recorriendo con las antenas todo el cuerpo de la abeja infectada con el propósito evidente de eliminarlo.

La invasión de una colonia de Varroa a fines de verano está influenciado fuertemente por numerosos factores del medio ambiente, como el número de parásitos presentes al comienzo de la ovoposición, las interrupciones de estas, los parásitos introducidos por abejas que no pertenecen a la colonia, (foráneas) etc. Es por este motivo que hay que poner en juego los caracteres hereditarios que podamos medir y que contribuyan a promover la tolerancia a Varroa.


La presión que ejerce el ácaro Varroa destructor al interior de la colonia, obliga a ciertas abejas a atrapar los ácaros para mutilarlos parcialmente, este comportamiento de «grooming» se puede medir a través de la observación de los parásitos eliminados, aunque no podemos determinar si Varroa ha sido mutilada antes o después de la muerte del parásito.

En laboratorio, se puede observar el efecto «grooming» con la ayuda de cámaras infra-rojas. Si las obreras han sido marcadas, podemos individualizar aquellas particularmente activas que, en pequeñas colmenas huérfanas han sido obligadas a poner huevos, de allí nacerán zánganos que servirán para la inseminación instrumental de reinas. La descendencia de estas reinas mostrará una capacidad mejorada de defensa por auto-limpieza.


Mediante la observación de su apiario, el apicultor tiene que seleccionar una o varias colmenas que se “destaquen” por el número inferior de Varroa allí presentes. Para poder evaluar correctamente este comportamiento de auto-limpieza, es necesario equipar las colmenas seleccionadas con un piso enmallado (malla metálica o plástica de 2,5 a 3 mm.) al que a su vez se le acondiciona un cartón o papel untado en vaselina o grasa animal para que de esta forma los parásitos que se desprenden queden fijados a este. Después de un tiempo variable los parásitos eliminados se encontrarán en el piso en función de la intensidad de resistencia que presenten las abejas ya seleccionadas. 


Los parásitos examinados bajo la lupa binocular mostrarán diferentes lesiones:
Caparazón dorsal hundido, que revela la acción de las mandíbulas de la abeja.
  Primer par de patas ausentes (en Varroa destructor estas sirven de antenas). El ácaro, privado de informaciones del medio exterior, se descuelga de la abeja.
  La ventosa terminal de las patas destruidas. La fijación en su huésped de Varroa destructor resulta así problemática.


Roberto Olmedo Ulloa
Ing. Agrícola   

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