Una reina virgen a veces, realiza unos pocos vuelos exploratorios desde su colmena antes de
efectuar uno o varios vuelos nupciales. Tanto los vuelos prenupciales como los nupciales se realizan en el momento más cálido del día cuando los zánganos vuelan libremente (entre las 10:00 y 16:00 horas). El vuelo de la joven reina es rápido y alto, seleccionándose de esta manera el vigor de los machos con los que se aparearán. El apareamiento se produce lejos de la colmena, con machos que no son de su nido, generalmente en el aire, por lo que es difícil de observar. Los zánganos guiados por su vista (tienen dos grandes ojos coalescentes) y atraídos por la feromona real, alcanzan a la reina y le introducen su aparato copulador en la cámara del aguijón.
Inmediatamente el zángano deposita un tapón mucoso para impedir que el semen salga de la vagina. La hembra fuerza a los espermatozoides mediante contracciones musculares hasta la espermateca donde permanecerán durante el resto de la vida de la hembra. El apareamiento dura unos pocos segundos y posteriormente se separan, produciéndose el desprendimiento del aparato genital del macho, que arranca parte de sus vísceras, por lo que el macho muere. Los machos pueden producir un volumen de semen de 1mm cúbico (de 5 a 10 millones de espermatozoides). El apareamiento de la reina puede no ser único, sucediéndose nuevos apareamientos en el aire con un ritmo de 10 apareamientos en 10 minutos siempre que la cámara del aguijón esté abierta. La reina fecundada tarda unos 20 o 30 minutos en regresar a la colmena.
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