La larva de la abeja
es una criatura muy simple, sin patas o alas externas, como corresponde a su vida de inactividad en la celda del panal.
Su tarea es limitada, excepto comer el alimento que le dan las abejas nodrizas.
La larva tiene una cabeza pequeña y un cuerpo de 13 segmentos, pasando sin diferenciar de tórax a abdomen.
En el frente de la cabeza hay dos pequeños discos que marcan los lugares de las antenas hundidas.
Los órganos de alimentación incluyen un par de pequeñas mandíbulas y un par de maxilares simples.
Entre los maxilares se encuentra un lóbulo mediano, sobre el que se abre el conducto de las glándulas de seda entre labios levantados, formando un órgano hilandero
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