Las abejas obreras
huevos (que no están fecundados) de los que saldrán zánganos de tamaño más pequeño que los puestos por la reina.
Desde la puesta del huevo fecundado, una obrera tardará en nacer 21 días. Los huevos permanecen durante 3 días, a continuación eclosionan y surge la larva ápoda y ciega que será alimentada con jalea real durante tres días consecutivos. A partir del 3º día, las larvas se alimentan con una mezcla de polen y miel (pan de abeja) durante otros 3 días más y después, se sella la celdilla (celdilla operculada) para que sufran la metamorfosis. La abeja cuando nace, es pequeña, peluda, blancuzca, torpe e inofensiva.
Los insectos en su fase adulta tienen una vida corta, que se limita a una determinada época del año, generalmente a la primavera y el verano; viven 65 días promedio. En otoño e invierno las obreras viven 90 a 120 días. Podemos decir que la vida media de las abejas obreras en general es de 35 días.
Las abejas, en cambio, tienen mayor longevidad que otros insectos, la duración de su vida depende de factores como el sexo y la actividad desempeñada.
A lo largo de su vida, las obreras realizan distintas tareas según su edad, hasta los 21 días no salen de la colmena (obreras de interior) y realizan diferentes funciones:
limpiadoras: se encargan de mantener limpios los panales de cera y toda la colmena.
nodrizas: comienzan a desarrollar sus glándulas hipo faríngeas productoras de jalea real.
cereras: desarrollan las glándulas cereras y construyen los panales de cera.
almacenadoras: son las que reciben el alimento de las pecoreadoras y los colocan en los panales.
guardianas: cuidan en la piquera que no ingresen abejas de otras colmenas.
ventiladoras: generan una corriente de aire a fin de deshidratar el néctar.
A los 21 días se les atrofian las glándulas cereras por lo que ya salen de la colmena (obreras de exterior) y se denominan pecoreadoras y realizan las siguientes funciones:
recolectar néctar.
recolectan polen.
recolectan propóleo.
acarrean agua.
Estas secuencias no son seguidas por todas las abejas, así como hay abejas que llegan a pecoreadoras sin haber realizado las actividades anteriores. Algunas, parecen madurar prematuramente, al igual que otras pueden en determinadas condiciones rejuvenecer.
Las obreras tienen varias características específicas; su tamaño es más pequeño que el de los demás componentes de la colmena y su abdomen también es más corto. Además, poseen un aparato bucal muy desarrollado con una lengua muy larga que les permite obtener el néctar que almacenan en el buche melario para transportarlo a la colmena.
Tienen una visión muy desarrollada ya que la necesitan para la recolección, localización, etc. En las patas posteriores, poseen una modificación denominada corbícula (cestilla) que les permite transportar el polen y el propóleo (resina de las plantas). Poseen un cepillo de pelos donde quedan recogidos los granos de polen, cuando este cepillo esta lleno, pasan el polen a los cestillas y lo transportan a la colmena.
Desde la puesta del huevo fecundado, una obrera tardará en nacer 21 días. Los huevos permanecen durante 3 días, a continuación eclosionan y surge la larva ápoda y ciega que será alimentada con jalea real durante tres días consecutivos. A partir del 3º día, las larvas se alimentan con una mezcla de polen y miel (pan de abeja) durante otros 3 días más y después, se sella la celdilla (celdilla operculada) para que sufran la metamorfosis. La abeja cuando nace, es pequeña, peluda, blancuzca, torpe e inofensiva.
Los insectos en su fase adulta tienen una vida corta, que se limita a una determinada época del año, generalmente a la primavera y el verano; viven 65 días promedio. En otoño e invierno las obreras viven 90 a 120 días. Podemos decir que la vida media de las abejas obreras en general es de 35 días.
Las abejas, en cambio, tienen mayor longevidad que otros insectos, la duración de su vida depende de factores como el sexo y la actividad desempeñada.
A lo largo de su vida, las obreras realizan distintas tareas según su edad, hasta los 21 días no salen de la colmena (obreras de interior) y realizan diferentes funciones:
limpiadoras: se encargan de mantener limpios los panales de cera y toda la colmena.
nodrizas: comienzan a desarrollar sus glándulas hipo faríngeas productoras de jalea real.
cereras: desarrollan las glándulas cereras y construyen los panales de cera.
almacenadoras: son las que reciben el alimento de las pecoreadoras y los colocan en los panales.
guardianas: cuidan en la piquera que no ingresen abejas de otras colmenas.
ventiladoras: generan una corriente de aire a fin de deshidratar el néctar.
A los 21 días se les atrofian las glándulas cereras por lo que ya salen de la colmena (obreras de exterior) y se denominan pecoreadoras y realizan las siguientes funciones:
recolectar néctar.
recolectan polen.
recolectan propóleo.
acarrean agua.
Estas secuencias no son seguidas por todas las abejas, así como hay abejas que llegan a pecoreadoras sin haber realizado las actividades anteriores. Algunas, parecen madurar prematuramente, al igual que otras pueden en determinadas condiciones rejuvenecer.
Las obreras tienen varias características específicas; su tamaño es más pequeño que el de los demás componentes de la colmena y su abdomen también es más corto. Además, poseen un aparato bucal muy desarrollado con una lengua muy larga que les permite obtener el néctar que almacenan en el buche melario para transportarlo a la colmena.
Tienen una visión muy desarrollada ya que la necesitan para la recolección, localización, etc. En las patas posteriores, poseen una modificación denominada corbícula (cestilla) que les permite transportar el polen y el propóleo (resina de las plantas). Poseen un cepillo de pelos donde quedan recogidos los granos de polen, cuando este cepillo esta lleno, pasan el polen a los cestillas y lo transportan a la colmena.
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