El néctar es el líquido azucarado que recogen las abejas de las plantas y que será después de elaborado la miel. La parte de la planta donde se halla el néctar se llama nectario y está en el interior y hacia la base de las flores, en mucha menor cuantía algunas plantas disponen de nectarios extraflorales.
En la parte baja de la flor se hallan tejidos que disponen de una acumulación de azucares que constituyen una reserva alimenticia para ser usada después de la florescencia en las primeras etapas del desarrollo del fruto, una parte de esas sustancias son arrastradas hacia el exterior en forma de pequeñas gotitas que son recolectadas por las abejas.
Dos fenómenos son los que dan origen al néctar:
mucha savia ascendente.
mucha transpiración de la planta.
La absorción por las raíces de los elementos nutritivos disueltos en agua constituye la denominada savia bruta que asciende por los vasos leñosos hasta las partes verdes donde es elevada y transformada por medio de la función clorofílica en sustancias asimilables por las plantas (savia elaborada).
El exceso de agua que lleva la savia bruta es eliminada por la transpiración que durante el día es intensa y que por la noche es muy limitada, el exceso de agua que no puede ser eliminado por la transpiración lo es atraves de unos mínimos agujeros llamados estomas formando pequeñas gotas muy azucaradas es el néctar.
Un tercer fenómeno tiene lugar durante la producción de néctar es la denominada presión osmótica, gracias a ella y al desequilibro entre los azucares que propicia la propia planta se mantiene la secreción, la presencia de un líquido muy azucarado en el nectario y otro menos azucarada en los tejidos próximos crea una diferencia en el nivel de azúcar que tiende a ser igualado aunque nunca se logra lo que da como consecuencia la secreción por el nectario.
Las variaciones tanto en la composición del néctar como en la cantidad exudada es muy notable, las variaciones de la humedad del suelo y del aire tienen una importancia decisiva, es necesario una buena humedad en la tierra para que haya néctar. La del aire tiene influencia decisiva, si los vientos son secos causan gran perjuicio al contribuir a la evaporación del néctar antes de que sea aprovechado por las abejas, los vientos húmedos y templados no facilitan la transpiración de las plantas al estar cargados de humedad, de ese modo los nectarios producen de forma continuada.
Las temperaturas altas favorecen la producción de néctar siempre que el aire tenga humedad suficiente, sino la tiene favorece la transpiración de la planta y el néctar fluye en menor cantidad.
Las abejas pueden hacer una selección sobre determinados néctares por la mayor facilidad o dificultad a la hora de alcanzar con su lengua los nectarios, algunas flores presentan dificultades "mecánicas" al tener corolas muy profundas a donde solo llegan abejas dotadas de lenguas largas es el caso de flores con los pétalos soldados.
La composición química del polen es muy variable dependiendo del tipo de planta, estación del año, clima , etc. en general contiene un 30% de hidratos de carbono, en torno del 1% proteínas y minerales que aún estando en tan pequeña cuantía son los que dan más tarde las características de aroma, color, cristalización y otros típicos de cada clase de miel.
Cuando las circunstancias son favorables a la producción de néctar se va renovando constantemente y así después que una abeja se lleva lo que está reunido pronto la planta inicia la salida por los estomas de una nueva provisión, se admite que justamente que la abeja se lleve el néctar acumulado favorece la producción de más, pues no se acumula indefinidamente en la planta.
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