domingo, 29 de enero de 2017

FUSIÓN DE COLMENAS Y PILLAJE


Fusión de colmenas y pillaje.


  Entre las tareas que realiza el apicultor en esta época del año, es la preparación de las colmenas para la próxima invernada, figura la fusión de colmenas, con el fin de evitar mortandad de las colonias débiles durante el invierno por carecer de la población adecuada en el nido.
Este inconveniente surge porque se ha mantenido durante la temporada, colmenas que no lograron desarrollarse lo suficiente como para poder producir, habiendo quedado escasamente en condiciones de cámara de cría.



Por tal motivo, las colmenas débiles deberán reunirse a otras que tengan buena población, pues el apicultor sabe que si las inverna en forma individual, las mismas no tendrán posibilidades de sobrevivir con provecho para el productor, y por el contrario le provocará tanto pérdida de tiempo como de abejas y panales, siendo al mismo tiempo campo propicio para pillaje y enfermedades.
El método más común para realizar la fusión de colmenas es por medio de la colocación de un papel de diario con varias perforaciones sobre una rejilla excluidora; ambas cosas se colocan entre una colmena fuerte y otra débil, en este caso se elimina previamente la reina de la colmena débil. Distinto es el método a utilizar cuando el apicultor decide conservar la reina de la colmena débil; en este caso se utiliza una tabla Hudson, la cual consta de una malla metálica tipo fiambrera, por medio de la cual permitirá que la colmena débil reciba la temperatura de la colmena fuerte que se encuentra en la parte inferior.
También se da el caso que el apicultor haga una piquera adicional en el cajón de arriba en sentido inverso a la piquera de la cámara inferior, para evitar pelea.


Resumiendo: al realizar este tipo de movimiento, el apicultor no solo va a evitar mortandad durante la invernada, sino que también no sufrirá la pérdida de panales obrados por la acción de la polilla. Asimismo, es conveniente que el apicultor trate en lo posible de no llegar a este extremo; tener que fusionar colmenas en esta época del año.
Para ello, tomando las previsiones del caso, esta tarea es conveniente realizarla cuando comienza la mielada, ya que es el momento exacto donde el apicultor ya sabe que colmena entra en producción y cual no; y por tal causa ya no justifica tenerla y mantenerla.
De esta manera, haciendo la depuración del colmenar en forma adecuada, habrá solamente colmenas productivas y simultáneamente, se evitará pérdidas de tiempo en el manejo de colmenas debiles, las cuales no brindarán ningún beneficio.


Pillaje

Como es de conocimiento del apicultor, esta es la época propicia en la cual se genera el pillaje en las colmenas.

Este hecho ocurre porque ha comenzado a decrecer la floración y la abeja recolectora, que a esta altura de la temporada (abril-mayo, según zonas) aún tienen buena cantidad, se encuentra con que no puede acopiar néctar como tiempo atrás. Esta situación provoca que parte de esas recolectoras queden merodeando el colmenar, a la espera que surja la posibilidad de poder atacar, para robar alguna colmena que no esté bien poblada o bien que tenga característica de núcleo.
El pillaje, en apicultura, es el hurto que realizan las abejas melíferas de una determinada colmena a las abejas de otra colonia. El pillaje suele ser abusivo en época de escasez de alimento, néctar y polen, y la colmena pillada suele sucumbir ante el ataque de otra más fuerte.
El pillaje se produce cuando el flujo de néctar se interrumpe bruscamente, en virtud que termina la estación estival o bien porque se producen baches. Estos baches pueden ser de tipo natural porque la flora nectífera no produce el néctar necesario por problemas de temperatura, sequía, etc. o bien pueden deberse a problemas relacionados con la agricultura, porque las abejas encuentran un día segada su fuente de alimento.
Existen razas de abejas melíferas que son más propensas al pillaje que otras. Suele atribuirse a Apis mellifera ligustica un comportamiento más fuerte al pillaje por ejemplo.
Esta conducta suele acentuarse tanto al comienzo del periodo de cría como al finalizar la estación reproductiva.
El apicultor sabe cuales son las consecuencias que origina el pillaje; como saldo de este encuentro queda gran cantidad de abejas muertas, tanto las defensoras, incluida la reina, como las invasoras, y la colmena atacada totalmente desprovista de miel, quedando sobre el piso de la colmena, además de las abejas muertas, un colchón de opérculos roídos, que son las celdas que almacenaban la miel.



El apicultor, a fin de evitar en gran medida que ocurra esta situación, toma las precauciones del caso, fundamentalmente en lo referido a la reducción de las piqueras, más que nada en aquellas colmenas que no han logrado desarrollarse totalmente a nivel de producción, como también en el caso de haber hecho núcleos tardíos, ya que estos tienen la equivalencia de colmenas débiles. Reducir la piquera significa dejar una sola abertura donde, como máximo, puedan pasar 2 abejas juntas, no más.
Además, y en la medida de sus posibilidades, el apicultor trata de tener el material de las colmenas en buenas condiciones, es decir, sin rajaduras, agujeros y todas aquellas imperfecciones que permitan que puedan ser atacadas por las obreras pilladoras.
Si el apicultor detecta que una o varias colmenas están siendo atacadas por abejas pilladoras, actúa de la siguiente manera con el propósito de desalentar a las invasoras: prepara el ahumador con un combustible que produzca humo denso utilizando, por ejemplo, trapos viejos, estopa, o material de colmenas en desuso que contengan restos de propóleos.


 En la medida que ahuma continuamente la entrada de la colmena atacada y reduce la piquera a su mínima expresión, colocar sobre la plancha de vuelo un puñado de  de hojas largas, regándolo con agua; si al agua se le agrega un poco de ácido fénico, su efecto contra las pilladoras será mucho más eficaz.

Si el apicultor tiene el colmenar siempre en el mismo lugar, sabe perfectamente en que época comienza el pillaje, tanto por el tipo de floración silvestre como por la actitud de las abejas, y con este panorama toma los recaudos necesarios para evitar esta situación.
Asimismo, es conveniente tener en cuenta que si hay que alimentar artificialmente a las colmenas, se debe tener sumo cuidado en no derramar jarabe fuera de las mismas, para no incitar el pillaje.

 José Antonio Pérez
 www.todomiel.com.ar

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