sábado, 22 de abril de 2017
PREPARACIÓN DE COLMENAS EN INVIERNO Y PRIMAVERA
Para contar con colmenas de calidad, se requiere de la preparación de éstas en el invierno, tanto en el aspecto sanitario como nutricional, para permitir que las abejas recolectoras de polen y néctar, alcancen un gran número de individuos al momento de la floración temprana de las especies frutales (fines de invierno, inicios de primavera), como almendros, arándanos, ciruelos, cerezos y también especies de flores poco atractivas, como el palto. Otras actividades necesarias de realizar es el reemplazo de alzas y núcleos.
ALIMENTACIÓN ADICIONAL DE LA COLMENA
Una forma de preparación lo constituye la suplementación con alimento a las abejas, ya sea natural o artificialmente, intentando corregir las distorsiones producidas por las cosechas de miel y/o polen, robustecer familias de abejas más débiles, y además actuar suplementando los requerimientos en periodos de escasez, como ocurre en invierno o bajo condiciones de sequía. El manejo nutricional se debe realizar 105 días antes de la floración objetivo (floraciones atractivas para las abejas en un radio de 3 kilómetros a la redonda, la que dependerá del lugar en donde se ubique el apiario), a razón de 200 g semanales sobre los cabezales de los marco, para lograr un gran número de individuos al momento de iniciar la recolección de polen y néctar. Como suplementación natural, se puede utilizar miel o la entrega de alimentación artificial en primavera, consistente en un jarabe preparado con 2 kilos de azúcar y 2 litros de agua caliente. Este último, se deja enfriar y apenas tibio, debe darse a la familia al anochecer. Hay alimentadores artificiales de diferentes modelos y formas. Si no se tiene ninguno, se puede echar el jarabe lentamente sobre los marcos de la colmena, con el inconveniente de tener que abrir la colmena, lo que no es aconsejable para ciertas épocas. Se recomienda usar los alimentadores de tarros o botellas o un alimentador de marco. En la colmena tipo Langstroth se encuentra un listón movible en su parte trasera que facilita la alimentación de la familia artificialmente sin problemas.
Para lograr el inicio temprano de la postura existe otro tipo de alimentación artificial, que consiste en una pasta similar al “pan de abejas” (mezcla que éstas preparan con miel y polen), que contiene miel, azúcar y sustitutos nutritivos. Esta se debe suministrar periódicamente a la colonia de abejas, sumándole a ésta, los medicamentos en forma de polvo, que permitan la prevención o tratamiento de enfermedades. La cantidad que proporciona una buena estimulación es cercana a los 500 gramos semanales, por cada colmena o núcleo en buen estado. Debe entregarse a las familias en cuatro aplicaciones, con una semana de intervalo. Esto quiere decir que esta práctica se debe iniciar tres semanas antes de la fecha en la que se desea que la reina esté en el nivel adecuado de postura.
ALTERNATIVAS PARA ADELANTAR EL INICIO DE LA POSTURA
Conocer la fecha de inicio de la floración para producción de miel permitirá determinar con precisión el día en que se deben entregar estímulos alimenticios a las abejas, para asegurar una postura más temprana. Para muchos apicultores no resulta clara la fecha en que se inician las actividades apícolas: son muchos los que piensan que corresponde al inicio de la primavera, cuando la mayor abundancia de flores determina que las colonias de abejas aumentan el número de sus integrantes. Si bien lo anterior tiene cierta base real, para determinar exactamente la fecha en cuestión es necesario considerar otros factores que pueden ayudar a precisarla y mejor aún, a comprender su importancia y significado. En primer lugar, es necesario tener claro cuál es el objetivo que se persigue con el trabajo con abejas: lograr la mayor cantidad de producto con el mínimo de colmenas y de gastos de operación. También es necesario saber qué producto esperamos: la miel. Como ella corresponde al néctar de las flores modificado por las abejas, resulta que la cantidad de miel que puede generar una familia dependerá directamente de la cantidad de abejas dedicadas a la recolección de néctar, las llamadas pecoreadoras o recolectoras, las que realizan esta labor desde la fecha en que se inicia la floración y por todo el tiempo que se mantiene. Por lo anterior, la familia de abejas que disponga de mayor cantidad de recolectoras recolectará más néctar que otra de menor capacidad de acarreo. Las recolectoras son abejas con más de 3 semanas de vida, lo que sumado a las 3 semanas que tarda su metamorfosis, se estima que la cantidad de miel que podrá elaborar una colmena será proporcional a la cantidad de huevos puestos por la reina, a lo menos 1½ mes antes de iniciado el flujo de néctar.
ESTÍMULOS PARA AUMENTAR LA POSTURA
Resulta necesario también identificar los factores que determinan el tamaño de la postura de la reina. El más crítico de ellos es el número de nodrizas de que disponga para la cría de las larvas que esa postura generará a los 3 días. Las nodrizas son abejas de entre 4 y 9 días de edad, los que llegan a 30 si se consideran las 3 semanas de la metamorfosis. Se completa entonces un lapso de aproximadamente dos meses y medio entre el momento en que es necesario que la reina se encuentre en un nivel alto de postura y el día en que se inicia el flujo de néctar. De lo anterior se desprende que es preciso conocer la fecha en que la floración permitirá una recolección tal que las abejas podrán generar excedentes y por ende iniciar la maduración y llegar al operculamiento de las celdillas de miel. Es normal que esta fecha corresponda al inicio de alguna floración determinada o bien a la sobreposición de 2 ó más floraciones simultáneas.
Al tener registro de las floraciones que permiten precisar el comienzo del flujo de néctar, se puede determinar matemáticamente el inicio de las actividades apícolas del año, que deben asegurar que 2½ meses antes las reinas están en un nivel alto de postura. Para cualquiera de las regiones comprendidas en el área centro-norte del país (IV a la VII regiones), esta fecha es muy temprana y se da, en la gran mayoría de los casos, durante la primera quincena del mes de septiembre, lo que implica que las reinas debieran estar en producción los primeros días de agosto. Confiando exclusivamente en las condiciones climáticas que imperen durante la última quincena de julio y los primeros días de agosto, es muy poco probable garantizar que las reinas alcancen, en esa fecha, el nivel adecuado de postura. Por ende, se empieza a producir un retraso en el día que las familias alcanzan su máximo potencial en términos de número de pecoreadoras, ocurriendo ello cuando ya la flora de producción lleva varios días en secreción.
fuente
Gloria Montenegro Abril 2016
COLABORADORES: Gabriel Nuñez, Ingeniero Agrónomo, Investigador Asociado, PUC y Profesor de Apicultura, DUOC Lissette Grimau, Ingeniero Agrónomo, Investigador Asociado, PUC Gloria Barros, Publicista, Investigador Asociado, PUC Miguel Gómez, Botánico, Profesor Auxiliar, PUC Ana María Mujica, Botánica, Profesor Auxiliar, PUC Victor Ahumada, Técnico Agrícola y Microbiología, PUC Raúl Rojas, Ingeniero Agrónomo, Profesor de Apicultura, PUC María Paz Soto, Investigador Asociado, PUC Vicente Férnandez, Alumno de Ecoturismo, DUOC
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