La apicultura un regalo de los dioses
según la mitología griega, Aristeo (el guardián de las abejas) hijo del dios Apolo fue criado por las ninfas. Quienes le revelaron los secretos de la apicultura. Gracias a estos conocimientos construyo un vasto colmenar.un día mientras paseaba diviso a la una hermosa ninfa Eurídice y quedo prendado de su belleza. Quiso seducirla, pero la joven logro escapar y en su huida piso una serpiente venenosa que le causó la muerte, las otras nifas, enojadas, con Aristeo, le castigaron destruyendo sus panales y matando sus abejas. Para hacerse perdonar, el dios sacrifico cuatro bueyes y cuatro vacas, y los ofreció a las diosas. Las ofrendas aplacaron la ira de las ninfas, quienes hicieron surgir de las entrañas de los animales muertos nuevos enjambres de abejas. Así Aristeo pudo reconstruir su colmenar y enseñar el arte de la apicultura a los hombres.
Los egipcios, los primeros apicultores
Los antiguos egipcios fueron pioneros en la historia de la apicultura. Ellos construyeron los primeros colmenares para producir la miel que utilizaban para preservar los alimentos y hacer ungüentos de belleza y medicinas, que guardaban en los templos para ofrecer a los dioses. Asociaban este ingrediente con el nacimiento ( pensaban que proporcionaba fertilidad ) y con la muerte ( utilizaban la miel también en los embalsamamientos de los cadáveres ) los egipcios fueron también los inventores de la trashumancia apicola: para que las abejas pudieran producir el néctar durante todo el año, desplazaban en barco las colmenas a lo largo del Nilo.
Miel para vivir más
los griegos además de considerar la miel como alimento de los dioses, entendieron la importancia de sus propiedades para el hombre. Filosofos como Demócrito , Pitágoras y Aristóteles la tomaban en grandes cantidades y creian que era una medicina fortificante y que proporcionaba una larga vida. Aristóteles vivió 62 años, Pitágoras 77 y los autores antiguos cuentan que Demócrito superó los 100 años.
En la civilización minoica 1.500 años a.c, tomaban vino con miel.
Aristóteles en su Historia Natural, tiene relatos sobre la vida de las abejas, da a entender que él usaba colmenas de cuadros móviles, esos son los primeros relatos de colmenas con panales móviles.
Hipócrates consideraba a la miel como una medicación fortificante que alargaba la vida. En el período entre el 800 al 300 a.c. los griegos cenaban abundante comida cocinada en salsas o miel.
Jacques Spon en el siglo XVII, en su viaje a Grecia, encontró las colmenas en una canasta de tejidos de paja, primero tenían la boca hacia abajo, después colocaron la boca hacia arriba, cubriéndola con maderas, cada listón medía menos de 4 cm, eran algo convexos en el lado de abajo, así adherían las abejas los panales a lo largo de los listones. Esta técnica se expandió por otros países y llegó a Inglaterra, enterándose que los griegos sacaban la mitad de los panales en primavera y formaban otra colmena. Los apicultores griegos habían creado una colmena de cuadros móviles que eran manejables.
Otra de las grandes civilizaciones de la historia que también logró importantes avances en el manejo de estas técnicas fueron los romanos, cuyas técnicas y aprecio hacia las abejas y la actividad apícola quedaron plasmadas en una gran cantidad de obras literarias que incursionan en el mundo de las abejas, donde se incluyen datos sobre diversas enfermedades y principios relacionados con este tipo de actividad.
Además de los egipcios, griegos y romanos, la importancia de la apicultura ha sido rescatada también por otras civilizaciones que han adquirido niveles importantes de desarrollo, como los árabes, los indios o los mayas.
Pagar en miel
con los romanos la apicultura se difundió por el imperio y su producción se convirtió en una de las principales industrias. Era tan apreciada, especialmente la de Hispania, que algunos impuestos se recaudaban en miel.
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