Prevención y control del pillaje
El pillaje es el impulso fuerte e incontenible de la abeja por robar sustancias dulces y fundamentalmente miel, ante situaciones predisponentes de lo más diversas y en presencia de un estímulo desencadenante determinado. Las abejas se ponen en una estado de excitación muy particular con movimientos oscilantes y frenéticos.
Los principales factores que predisponen al pillaje
La escasez de néctar en las flores.
Cuando se corta bruscamente el ingreso de néctar después de una buena recolección. La disminución del ingreso de néctar después de la mielada en otoño deja muy propensas a las abejas al pillaje, el menor descuido puede causar grandes molestias por la agresividad que provoca y pérdidas de colmenas por matanzas de abejas en combate.
Cuando el tiempo es inestable y hay pronóstico de tormenta, las abejas están muy dispuestas a pillar y además, se ponen muy agresivas.
Los días de mal tiempo, nublado, llovizna, lluvias prolongadas que lavan el néctar de las flores o hacen difícil la tarea de recolección. etc.
Colmenas con muy pocas reservas están siempre mucho más dispuestas a pillar que las colmenas que tienen abundantes reservas de alimentos.
Después de una cosecha inadecuada e imprudente en la que no se dejan reservas a las colonias se las expone al impulso de pillar.
Cuando se corta bruscamente el ingreso de néctar después de una buena recolección. La disminución del ingreso de néctar después de la mielada en otoño deja muy propensas a las abejas al pillaje, el menor descuido puede causar grandes molestias por la agresividad que provoca y pérdidas de colmenas por matanzas de abejas en combate.
Cuando el tiempo es inestable y hay pronóstico de tormenta, las abejas están muy dispuestas a pillar y además, se ponen muy agresivas.
Los días de mal tiempo, nublado, llovizna, lluvias prolongadas que lavan el néctar de las flores o hacen difícil la tarea de recolección. etc.
Colmenas con muy pocas reservas están siempre mucho más dispuestas a pillar que las colmenas que tienen abundantes reservas de alimentos.
Después de una cosecha inadecuada e imprudente en la que no se dejan reservas a las colonias se las expone al impulso de pillar.
Ante las situaciones mencionadas anteriormente las abejas están predispuestas al pillaje, pero para que comiencen el proceso debe haber un detonante o estímulo.
Estímulos desencadenantes o detonantes del pillaje
El olor a miel es un estimulante fenomenal del pillaje, el olor a la cera y el propóleos también lo son. Las abejas se ponen ávidas de todas las sustancias dulces; jugos de frutas, coberturas de postres, tortas, jarabe de azúcar etc.
En situaciones en que las abejas están predispuestas al pillaje, ante el menor estímulo se desencadena el fenómeno, pero apenas cambian los factores predisponentes, o desaparecen los estímulos, cesa el estado nervioso y frenético que impulsa a las abejas a robar, comúnmente llamado; “Pillaje”.
Puede suceder que en ciertas horas del día se corte el ingreso de néctar, observándose síntomas de pillaje y luego, cuando vuelve a entrar néctar a la colonia, automáticamente todo vuelve a la normalidad. Lo mismo ocurre con las condiciones climáticas. Hay veces que las abejas están muy pilladoras, y en determinado momento, de golpe dejan de robar, como por arte de magia se retiran y siguen con sus tareas habituales.
De la misma forma, cuando se elimina el factor detonante o estimulante también se corta el pillaje. Si el olor a la miel es el estimulante, limpiando todos los vestigios de miel, se corta el pillaje.
El pillaje está muy relacionado con la agresividad, hasta las colonias mansas, ante el acoso de las demás abejas se inquietan y se ponen agresivas.
¿Cómo prevenir el pillaje?
Fundamentalmente hay que evitar los factores predisponentes y eliminar todos los estimulantes o detonantes del pillaje.
Como medida preventiva es muy aconsejable cosechar después que pase el flujo principal de néctar porque las abejas están más agresivas y estresadas por el gran trabajo que representa la cosecha y deshidratación del néctar y antes de que decline mucho la mielada porque se ponen agresivas, muy predispuestas al pillaje.
Evitar el trabajo con las colmenas en días nublados y de inestabilidad manifiesta.Para evitar el pillaje hay que dejar todo lo que pueda liberar olor a miel o jarabe en el sector del apiario opuesto a la dirección del viento, de tal manera que éste no llegue tan rápido a las abejas. Comenzar a revisar primero las colmenas que están ubicadas en el apiario, del lado opuesto a la dirección del viento. No dejar por mucho tiempo las colmenas abiertas y expuestas y mucho menos con los cuadros sueltos alrededor de la misma. Una vez terminado el trabajo con la colmena, cerrarla inmediatamente y limpiar prolijamente todo vestigio de miel, después recién abrir otra se fuere necesario.
Si se tiene que alimentar con jarabe, hacer rápido el trabajo comenzando con las colmenas que están del lado opuesto a la dirección del viento, cuidando de no derramar jarabe fuera de los alimentadores.Si las abejas se ponen muy pilladoras, a pesar de haber tomado todas las precauciones hasta el punto de arriesgar a perder a las colmenas más débiles y más acosadas, se debe proteger a las mismas tapándole totalmente la piquera, suspender el trabajo retirando lejos del colmenar, del lado opuesto a la dirección del viento todo lo que esté provocando el pillaje. A las colmenas más fuertes hay que reducirles al máximo la piquera como para que pase solo una o dos abejas por vez, además se puede agregar pasto frente a la piquera para protección. Se pueden utilizar secciones de tela media sombra de 1.8 mt. Por 1.5mt. que se coloca sobre la colmena que ataca y sobre la colmena atacada).
Conviene llevar siempre un balde con agua para ir lavando los utensilios utilizados y las manos. Usar preferentemente guantes de goma que se pueden lavar constantemente.
Si se tiene que manipular cuadros con miel, hay que colocarlos en un alza con la parte de abajo tapada con una tapa dada vuelta y por arriba un trapo de piso mojado.
Si hace traspaso de colonias a las cámaras, cuide de retirar inmediatamente los núcleos y llevarlos del lado opuesto a la dirección del viento. Lo mismo si tiene que fusionar colmenas o hacer cualquier otro trabajo en el que sobre material con vestigios de miel, cera o propóleos.
Puede parecer una pérdida de tiempo tomar tantas precauciones pero es preferible demorar un poco más a tener que suspender el trabajo y volver más tarde porque el colmenar se tornó inmanejable y con más razón, si hay pérdidas de abejas, o lo que es peor, mortandad de colonias enteras. La mayor o menor predisposición al pillaje de las colonias varía en las distintas razas habiendo algunas mas propensas que otras.
UBICACIÓN DE LAS COLMENAS EN EL APIARIOLa disposición de las colmenas en el apiario es de vital importancia para controlar el pillaje y la agresividad.
A fin de evitar el pillaje y no estimular la actitud defensiva de las abejas es muy importante colocar lo más separado posibles a las colmenas. Puede ser en grupos de 10 colmenas a lo largo de un camino, a unos 6 o 7 metros del mismo, con las piqueras en sentido opuesto al camino y con una separación mínima de 2,5 metros entre sí, en soportes individuales. Esta separación es para evitar molestar a la colmena contigua y para que las abejas al retornar del pecoreo no se equivoquen de colonia entrando en otra vecina. Entre grupos debería haber una separación de 50 metros. Lo ideal es que los grupos están separados por una cortina de vegetación para que las abejas dejen de perseguir al apicultor después de trabajar el grupo anterior. Si se pudiera, sería muy conveniente separar el camino y las colmenas, con una cortina de vegetación. Seguramente que cada apicultor podrá encontrar la ubicación adecuada al predio que disponga, pero lo que no conviene, es ubicar a las colmenas en hileras, unas detrás de las otras, de manera que cuando se trabaja con una hilera, las abejas de la otra están viendo y sintiendo todos los movimientos, olores y ruidos.
Los apiarios deberían colocarse lejos de los lugares poblados a más de 200 metros de la vivienda más cercana, alejada de los corrales, gallineros, chiqueros de cerdos, etc. ya que los animales encerrados no pueden protegerse del ataque de las abejas.
COSECHA DE MIEL, PILLAJE Y AGRESIVIDADDurante la cosecha por más que se la haga con buen tiempo, el tremendo olor a miel hace inevitable el pillaje en mayor o menor medida, al menos con las abejas que manejamos aquí, por lo tanto antes de disponernos a cosechar hay que elaborar una estrategia para evitar los daños que pudiera causar el pillaje. Cosechar preferentemente en horas de la tarde, con buen tiempo o por la mañana después que se levantó el rocío para evitar el pillaje.
Cuanto más rápida se haga la cosecha, menos tiempo se dará a las abejas a excitarse con el olor a miel, pero eso no significa maltratar a las colmenas porque podríamos provocar algo peor que es su agresividad. Rápido y eficiente debe ser el sistema de cosecha. Nosotros cosechamos alza por alza y no cuadro por cuadro, lo que nos permite hacer en muy poco tiempo el trabajo de cosecha. Para evitar que el olor a miel de las alzas cosechadas llegue a las colmenas del apiario, las ponemos dentro de bolsas de polietileno de 110 cm. por 90 cm. para las medias alzas que es lo que usamos. Con este método además garantizamos la higiene en todo el proceso de cosecha. Para desabejar ahumamos profusamente por sobre los cabezales de tal manera que el humo penetre entre los cuadros y empuje a las abejas hacia abajo. utilizamos hojas de pino secas para hacer humo por no ser contaminante Colocamos la tapa de la colmena dada vuelta en el piso por detrás de la colmena. Luego retiramos el alza, lo sacudimos sobre el techo dado vuelta, lo golpeamos dos o tres veces suavemente y lo embolsamos. Las abejas que quedan sobre la tapa las sacudimos frente a la piquera en el piso para evitar que molesten a las otras abejas, Tapamos la colmena. Si la miel en los panales está totalmente operculada los cuadros no retienen a las abejas y tampoco liberan tanto olor a miel después de cosechados y la miel no toma olor al humo. Si no están bien operculados los alvéolos de los panales, el trabajo se torna mas engorroso, cuesta mucho desabejar, la miel toma el olor del humo, y el olor a miel excita a las abejas. La situación se agrava mas aún si se cosecha en plena mielada cuadros que todavía no están totalmente operculados ya que es inevitable salpicar con néctar por todos lados, lo que atrae a las abejas que terminan haciendo imposible el trabajo por el pillaje y por la agresividad de las mismas. Hay que cosechar cuando ya mermó un poco el ingreso de néctar, cuando los cuadros están totalmente operculados y no hay peligro de llevar néctar que lave la miel, provoque pillaje y estimule la actitud defensiva de las abejas. Si se respetan estas premisas la cosecha es tranquila, sin pillaje, con las abejas mansas y con las alzas sin abejas.
Si utilizáramos el método tradicional de cosechar cuadro a cuadro con cepillo para desabejar, con seguridad que si hay un poco de predisposición al pillaje en ese momento, antes de terminar de cargar los cuadros en el alza vacía, ya tendremos que volver a desabejar, con más razón si los cuadros están sin opercular. Para volver a desabejar se tiene que sacudir el alza y como los cuadros están sueltos, despegados; se desacomodan y, chocan entre si, maltratando los panales los que al romperse derraman la miel que provoca más pillaje.
Al cosechar alza por alza, los cuadros están pegados al alza y no hay peligro de que se maltraten por chocar entre sí en el manipuleo y se derrame miel.
En resumen: Hay que cosechar alza por alza cuando la miel está madura, con sus cuadros totalmente operculados, después que pasó el furor de la mielada pero todavía no se cortó totalmente el ingreso de néctar, desabejar ahumando por sobre los cabezales, desprender el alza, sacudirlo y posteriormente golpearlo dos o tres veces sobre la tapa dada vuelta en el suelo por detrás de la colmena, se ensobra en la bolsa y se apila a un costado o se carga en el vehículo para su traslado. En una tarde de trabajo entre dos o tres operarios se puede cosechar 100 medias alzas. Recordar que el primer medio-alza es parte de la cámara de cría en las colmenas Oksman y no se deben cosechar.
Con respecto a la devolución de las alzas vacías después de la cosecha se tiene que tomar la precaución de no devolverlas hasta que no estén totalmente limpias, no deben tener ni el menor vestigio de miel. Nosotros dejamos que las abejas limpien los cuadros que fueron extraídos en los alrededores de algún colmenar nuestro, ni muy cerca ni muy lejos, digamos unos 200 metros y fuera de la dirección del viento de tal manera que el viento no arrastre el olor a las colmenas. Una vez que las abejas limpiaron los cuadros se procede a volver a cargarlos a las colmenas cosechadas. La cosecha y la devolución de los cuadros no conviene hacerlo simultáneamente ya que la exposición de los cuadros cerca de las colmenas, mientras se está cosechando, por mas que estén limpios, puede estimular el pillaje.
Al cargar las alzas vacías algunos recomiendan esperar a que el alza anterior esté completamente cargada y operculada y después levantar el alza cargada y colocar el nuevo alza en su lugar de tal manera que la cargada quede arriba de la vacía. Nosotros colocamos suficientes alzas vacías y siempre por arriba de las cargadas. Si se intercala se hace doble trabajo lo que encarece la tarea. Además, si las alzas tienen crías, se las separa del nido haciéndoles mas difícil la tarea de alimentar y calentar las crías a las nodrizas. Pueden enfriarse o necesitar mayor cantidad de abejas para atenderlas que si estuvieran juntas al nido principal. Si se enfrían además de disminuir el rendimiento futuro, ocupan a las abejas para limpiar las crías muertas y si llegan a mantener las crías a costa de mayor atención, el rendimiento de la cosecha es menor por disponer de menor cantidad de pecoreadoras para la cosecha.
Al cargar las alzas vacías algunos recomiendan esperar a que el alza anterior esté completamente cargada y operculada y después levantar el alza cargada y colocar el nuevo alza en su lugar de tal manera que la cargada quede arriba de la vacía. Nosotros colocamos suficientes alzas vacías y siempre por arriba de las cargadas. Si se intercala se hace doble trabajo lo que encarece la tarea. Además, si las alzas tienen crías, se las separa del nido haciéndoles mas difícil la tarea de alimentar y calentar las crías a las nodrizas. Pueden enfriarse o necesitar mayor cantidad de abejas para atenderlas que si estuvieran juntas al nido principal. Si se enfrían además de disminuir el rendimiento futuro, ocupan a las abejas para limpiar las crías muertas y si llegan a mantener las crías a costa de mayor atención, el rendimiento de la cosecha es menor por disponer de menor cantidad de pecoreadoras para la cosecha.
¿Por qué dejar mucho espacio para la recolección de néctar?
Con respecto a la cantidad de alzas que se coloca dependerá de la intensidad de entrada de néctar y es preferible que sobre y no falte, ya que si sobra no pasa nada, pero si falta, se pierde cosecha, se dificulta muchísimo el proceso de deshidratación del néctar y su transformación en miel. Además se corre el riesgo de provocar la enjambrazón. Las abejas no llenan de néctar las celdas vacías, cargan solo una cuarta parte de la misma para facilitar la deshidratación y su transformación en miel, por lo tanto se necesita mucho lugar. Por la mañana se ve que los lugares que el día anterior tenían un poco de néctar, están vacíos y se encuentran sectores en que ya hay depositado en abundancia jarabe espeso que no se vuelca al sacudir el panal. Si faltara espacio la abeja no podría procesar el néctar convenientemente lo que impide la colecta de néctar y merma la cosecha.
Para que la cosecha sea eficiente las abejas deben disponer de suficiente espacio en los panales para depositar el néctar. Tener una muy buena ventilación exterior para que el intercambio de aire húmedo interno por aire más seco del exterior se haga convenientemente. Poco espacio interior, con mala ventilación y un ambiente muy húmedo dificultan mucho el trabajo de las abejas lo que las pone muy agresivas.
Con respecto a la cantidad de alzas que se coloca dependerá de la intensidad de entrada de néctar y es preferible que sobre y no falte, ya que si sobra no pasa nada, pero si falta, se pierde cosecha, se dificulta muchísimo el proceso de deshidratación del néctar y su transformación en miel. Además se corre el riesgo de provocar la enjambrazón. Las abejas no llenan de néctar las celdas vacías, cargan solo una cuarta parte de la misma para facilitar la deshidratación y su transformación en miel, por lo tanto se necesita mucho lugar. Por la mañana se ve que los lugares que el día anterior tenían un poco de néctar, están vacíos y se encuentran sectores en que ya hay depositado en abundancia jarabe espeso que no se vuelca al sacudir el panal. Si faltara espacio la abeja no podría procesar el néctar convenientemente lo que impide la colecta de néctar y merma la cosecha.
Para que la cosecha sea eficiente las abejas deben disponer de suficiente espacio en los panales para depositar el néctar. Tener una muy buena ventilación exterior para que el intercambio de aire húmedo interno por aire más seco del exterior se haga convenientemente. Poco espacio interior, con mala ventilación y un ambiente muy húmedo dificultan mucho el trabajo de las abejas lo que las pone muy agresivas.
Al hacer la última pasada de cosecha hay que dejar como mínimo el medio alza suplementaria de la cámara de cría llena de miel y polen. Si además se deja otro medio-alza lleno de miel, mejor aún.
FUENTE:
Orlando Valega De Apícola Don Guillermo
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