ABEJAS FOSILIZADAS EL ORIGEN DE LAS ABEJAS

Origen de las abejas

Los científicos creen que las abejas han desarrollado una especie de eje en las partes de la boca que  hace que puedan digerir el néctar, a continuación, se separaron de las avispas cazadoras ancestrales y se convirtieron en herbívoras mediante el desarrollo de la capacidad de transferencia de polen y su utilización como alimento para la cría. La diferencia más significativa entre las abejas y avispas de hoy en día son adaptaciones especiales que ayudan  a la polinización, como plumas y pelos  en las   patas traseras ampliadas que permiten la transmisión de polen de vuelta a la colmena.

Recientemente, los científicos han descubierto el fósil más antiguo de abeja conocida, de 100 millones de años de edad   bien conservados de una abeja atrapada en ámbar. Esta especie recién descubierta de abeja llamada Melittosphex burmensis  la descubrieron en el sudeste asiático en   Birmania o Myanmar,  y es unos 35-45000000 años mayor que cualquier otro fósil conocido de abeja.

Esta diminuta, abeja bien conservada aparentemente tiene características comunes con las abejas  solitarias, y es compatible con las teorías científicas acerca de  que las abejas dependen del polen  y que han evolucionado a partir de antepasados ​​carnívoros. hace 100 millones de años  en lugares  dominados por coníferas   cuyo polen era transmitido por el aire.  las abejas evolucionaron gradualmente y desarrollaron la capacidad de polinización de las plantas con flores.

                                        Figura 1. Una abeja en ámbar de 100 millones de años

Melittosphex burmensis tiene algunas características, como las patas traseras estrechas, pero lo que es importante y tiene el pelo y  plumas en el cuerpo y otras características de abejas polinizadoras. Esta abeja fosilizada tiene un diámetro de aproximadamente 3 mm, por que  las primeras flores también eran muy pequeñas. Este insecto fue atrapado en  una de "prisión ámbar", las abejas ya estaban  preparadas  para  tener una función biológica completamente diferente  de las avispas sus ancestros.  Y comenzaron a desarrollar una de las relaciones más simbióticas todos el tiempos.
 El segundo fósil de abeja   más antigua  se encuentra en los EE.UU. En Nueva Jersey y fue nombrado Cretotrigona Prisca   data del Eoceno Medio, y con edades comprendidas entre hace 65 y 70 millones de años.

 Figura 2. prisca Cretotrigona

 El tercer fósil más antiguo son   Paleohabropoda OUDARD y Probombus hirsutus - 60 millones de años. Entre otros fósiles   más prominentes saveneyi Halictus , Halictus petrefactus y eocenicus Paleomacropis (fósiles de edades en torno a 53 millones de años), luego Peleomilitta nigripenis (45 millones de años), Andrena spp. (32 millones de años), y Chilicola gracilis y Chilicola electrodominica (20 millones años).

Figura 3. petrefactus Halictus

El descubrimiento de las abejas fósiles más  antiguas de 100 millones de años coincide con el último proyecto del genoma de la abeja publicado en 2006. Los resultados de este estudio revelaron enlaces sorprendentes con los mamíferos, incluido el hombre.
Apis mellifera o abeja de la miel es el cuarto de los insectos a los que se le ha realizado el mapa genético, antes   que las abejas, los científicos han descubierto el genoma de la mosca de la fruta, gusanos de seda y mosquitos. Las abejas son como los seres humanos  se extendieron desde África a Europa emigraron en dos direcciones. De acuerdo con los resultados   las abejas  se dividen en dos grupos genéticos diferentes.
La  abeja tiene unos 10.000 genes, menos que la mosca de la fruta y el mosquito, y más genes relacionados con el sentido del olfato que un mosquito y Drosophila y  un menor número de genes relacionados con el sentido del gusto. Hoy en día hay alrededor de 20.000 especies de abejas, todas  recogen polen para alimentar a sus crías, y la lista de   especies está en constante aumento ya que los científicos encuentran nuevas especies.

 

polen fosilizado sobre el cuerpo de una abeja también extinta que quedó atrapada en ámbar. 
El hallazgo se dio en el año 2000 al norte de la República Dominicana, en el 2005 el trozo de ámbar fue llevado al Departamento de Biología Evolutiva del Museo de Harvard y su polen no solo permitió establecer una relación evolutiva de la familia sino también realizar una reconstrucción de la forma que pudo haber tenido.