jueves, 15 de diciembre de 2016

LAS LARVAS DE ABEJA INFLUYEN EN LA CANTIDAD Y LA CALIDAD DEL PECOREO




 Las Larvas de abeja influyen en la cantidad y calidad del pecoreo
Investigadores de la Universidad de Arizona, de Maryland y el Instituto Nacional de Investigaciones Agrónomas de Francia descubrieron que las abejas adultas utilizan como guía las señales de feromonas liberadas por las larvas para determinar su comportamiento de pecoreo. Esta conducta podría tener  repercusiones para los apicultores.



Las larvas de las abejas de distintas edades tienen distintas necesidades y su manera de expresarlas es a través de las señales químicas que influyen en el comportamiento de sus nodrizas.
A medida que crecen las larvas, su alimentación va cambiando. Lo mismo sucede con las señales que emiten. En una investigación publicada en la revista científica  Behaviour, se demostró que las abejas adultas pecorean alimentos basadas en los cambios de las señales de feromonas de las larvas para ajustar que recursos nutricionales recolectar.



Las abejas regresan a la colmena con polen más rico en proteínas cuando son expuestas a larvas más juveniles en comparación con las más desarrolladas. Los investigadores también descubrieron que significativamente pocas abejas regresan sin alimento a la colmena, lo que podría tener un impacto en  la polinización así como en la recolecta de productos de la colmena.
Las abejas nodrizas que están a cargo de alimentar a las larvas necesitan   polen para cumplir su función. Las proteínas del polen activan las glándulas que produce el alimento para el desarrollo de las larvas. La calidad y cantidad de ese alimento cambia de acuerdo a la edad y casta de las larvas.


Las abejas nodrizas alimentan a la larva que será reina con una dieta rica en proteínas y azúcar durante su desarrollo. Sin embargo, para la larva obrera, las nodrizas dividen su alimentación en dos partes. A las larvas más nuevas, se les alimenta con abundantes proteínas, mientras que a las larvas de mayor edad, les son restringidas las proteínas a cambio de una mayor cantidad de azúcares ricos en carbohidratos. La alimentación inicial con proteína permite que aumenten rápidamente de peso, mientras que las larvas más desarrolladas necesitan de carbohidratos para completar su desarrollo. Por lo tanto, cuando las nodrizas no pueden acceder al polen pierden su capacidad de alimentar a las larvas adecuadamente.



Las larvas nuevas emiten un compuesto volátil llamado e-beta ocimeno. Cuando una colonia es expuesta a esta feromona, más pecoreadoras dejan la colmena para buscar alimento. En las colonias expuestas a este compuesto regresa el doble de pecoreadoras con alimento (polen), aumentando significantemente la cantidad recolectada en comparación con las colonias testigo.





Este descubrimiento ofrece a los apicultores una nueva forma de mejorar los servicios de polinización. Las colonias  con larvas jóvenes o con feromonas podrían recolectar de manera más activa el polen y visitar mayor cantidad de flores mientras consiguen su alimento.

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