jueves, 8 de diciembre de 2016

SISTEMA NERVIOSO

 


La larva tiene un cerebro con un ganglio subesofágico, once ganglios,
comisuras longitudinales formadas por pares de nervios gemelos.
La abeja adulta posee un cerebro de mayor tamaño con un ganglio
subesofágico así como siete ganglios formando un cordón ventral que
discurren por debajo del tubo digestivo.

 Sistema nervioso y pared ventral de la larva madura de abejas, mostrando los cerebros (Br), el cuerpo central del tentorio (Ten), letras torácicas (1L, 2L, 3L), nervio ventral (VNC), ganglio (Gng) Rudimentos genitales (G1-3), rudimentos de alas (WngR) y ganglio suboesofágico (SoeGng).








En el tórax se encuentran dos ganglios torácicos, y los nervios que
salen de
l primero de ellos van dirigidos al primer par de patas, los
nervios del segundo ganglio van dirigidos hacia los músculos alares y al
segundo y tercer par de patas.
En el abdomen existen otros cinco ganglios que regulan las funciones de
los órganos de la respiración, y de
los intestinos. Los dos últimos algo
mayores que los otros, regulan los
órganos de la reproducción y el
aparato vulnerador (aguijón).
Como consecuencia de esta
distribución del sistema nervioso
cada una de las tres partes del
cuerpo del insecto (cabeza, tórax y
abdomen) funcionan más o menos
independientemente.
Esto lo podemos comprobar
cortando la cabeza a uno de estos
insectos y comprobaremos que el
cuerpo puede seguir desplazándose
de una parte a otra, mover las alas
y proseguir sus funciones vitales durante un largo tiempo, muriendo
irremisiblemente al final.
Lo mismo nos ocurre si seccionamos el abdomen, el insecto puede
continuar absorbiendo líquidos, néctar y jarabes, pero todo lo que
ingiera saldrá inmediatamente por detrás hacia el exterior.

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