lunes, 30 de enero de 2017

ALIMENTACION ESTIMULANTE


La alimentación estimulante. Objetivos y Causas.

En primer lugar habría que recordar que toda alimentación que nosotros le proporcionemos a las colmenas, significa un costo extra en nuestra explotación; de donde habrá que tener muy clara la relación existente entre el costo de la misma y el beneficio que obtendremos de ella. 
A diferencia de la alimentación suplementaria, la estimulación de colmenas es una herramienta de manejo que el apicultor posee. Como todo manejo debe de resultar de una planificación y conocimiento de la zona donde desarrolla su explotación. 
No debemos olvidar que la alimentación estimulante solo es aconsejada en determinadas circunstancias y condiciones. Como mencionáramos anteriormente, en muchos casos, con un manejo correcto de la colmena en la primavera, será suficiente para obtener los resultados esperados. 
El conocimiento de las floraciones existentes y de su comportamiento, así como nuestros factores de producción; serán los que en definitiva me determinarán la conveniencia o no de este tipo de alimentación.
La alimentación estimulante tiene, conjuntamente con otras medidas de manejo, el objetivo de lograr que, en un lugar sin estimulación natural, la colonia de abejas se desarrolle lo suficientemente como para que al inicio de la floración principal, se encuentre con todo su potencial productivo disponible. 
Dicho en otras palabras, lo que el apicultor busca con este tipo de alimentación, es el de fomentar el desarrollo de la cría en la colonia, a través de una simulación de aporte nectarífero y/o polinífero del medio ambiente, manejándose con un conocimiento de las floraciones de la zona, así como del ciclo biológico de la abeja. 
De esta forma al llegar la gran mielada, la colmena estará en condiciones de producir miel antes, ya que el néctar que recojan las abejas, se destinará a producir miel y no al desarrollo de la población. 




Evidentemente, y dados los objetivos de este tipo de alimentación, debemos de tener muy presentes, no solo los requerimientos energéticos, sino que además, los requerimientos proteicos necesarios para este desarrollo. 
Del análisis de los aportes existentes en nuestra zona de influencia, determinaremos las necesidades de estimulación energética, de estimulación proteica, o de ambas. 
El momento de estimulación de una colmena debe ser fijado cuidadosamente por el apicultor, y en base a las características de su zona y de sus colonias. Si lo hacemos muy temprano, estaremos obligando a las abejas de invierno a alimentar la cría con el consiguiente desgaste y mortandad; disminuyendo sensiblemente la población pecoreadora de la colonia. Si estimulamos muy sobre la floración, no obtendremos el desarrollo poblacional esperado para la mielada. No olvidemos aquí la ley de los 40 días y su aplicación. Como regla se puede establecer que esta alimentación deberá ser gradual y con la seguridad de que la misma, se complementará con un ingreso natural de néctar y polen. De no producirse este acoplamiento, las colmenas se estresarán suspendiéndose la postura, y probablemente quedarán en peores condiciones que al principio de la incentivación.


Muchos apicultores destinan montos muy importantes de dinero en alimentación energética estimulante; pensando que con ello solucionan su problema, y olvidan, que el aporte de proteínas tiene tanta o más importancia para el desarrollo de la colonia. 
No olvidemos que la abeja que va a trabajar en la mielada requiere de más proteína que la que vive durante el invierno, y que el aporte de polen en primavera generalmente es escaso.
Si bien los objetivos son los mismos (desarrollo poblacional), existen manejos particulares (cría de reinas, preparación de colmenas para polinización, producción de paquetes y núcleos tempranos) donde la estimulación de colmenas es una herramienta imprescindible.



 Causas.
Dados los objetivos de este tipo de alimentación; no podemos decir que la misma sea esencial para la subsistencia de la colmena, sino que está más relacionada al manejo e intereses económicos del apicultor. 
Teniendo reservas suficientes, nada le sucederá a la colmena si no la estimulamos, pero desde el punto de vista de una apicultura racional, en zonas con floraciones particulares, no estaremos obteniendo de nuestra explotación el máximo de beneficios. 
Debemos tener presente, que este tipo de alimentación, es un "cuchillo de doble filo"; ya que, al pretender modificar las características del medio ambiente y fomentar el desarrollo de la colonia, de no darse las floraciones para las cuales estimulamos la colmena, tendremos grandes poblaciones pero no alimentos. 
Es entonces, sumamente importante conocer la zona y su comportamiento, y saber, que una vez que comenzamos con este tipo de alimentación, no la podemos abandonar hasta que se de el equilibrio alimenticio tanto de miel como de polen, entre el consumo de la colonia y el aporte de alimentos del medio ambiente.


Características del alimento.
El primer estímulo que recibe la colonia de abejas para sobrealimentar a la reina y que ésta aumente su postura, es el aporte externo de néctar. Es así, que una alimentación energética estimulante, deberá tener las características lo más parecidas al néctar; de donde la concentración de azúcares de este alimento serán mucho menores que en el caso de una alimentación suplementaria. 
En la medida que reina comience a ampliar su postura, las necesidades proteicas de la colonia serán cada vez mayores. Este tipo de alimento deberá estar presente en la colmena o de lo contrario, no se producirán los resultados esperados. Es así, que en esta etapa debemos tener presente tanto los requisitos energéticos como proteicos, y no olvidar que podrá haber abundancia de uno o de otro, pero, de no existir en forma simultánea, no obtendremos el desarrollo poblacional esperado. 
No olvidemos que para poder estimular una colonia, deberán existir las reservas adecuadas para que la nueva cría se desarrolle. Ante nuestra duda sobre el nivel de recursos se aconseja suministrar jarabe de alimentación y no jarabe de estimulación.
El mejor sustituto del polen es el propio polen; de donde de tener en depósito o de más en alguna otra colmena, se completarán los requisitos con este.


fuente
noticiasapicolas.com.ar 

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