domingo, 26 de febrero de 2017

UN AÑO EN LA VIDA DE UN APICULTOR



 La primera labor que un apicultor realiza es buscar un buen emplazamiento para su colmenar: que esté bien orientado, si es posible al sur mejor para aprovechar más las horas de calor solar, protegido de los vientos y a su vez protegido de las alimañas. Esta labor la debe realizar para cada lugar al que trasladen sus colmenas. El inicio de la primavera supone el comienzo de la actividad de la colmena, y
el apicultor realiza las siguientes labores:
 Revisión de todas y cada una de sus colmenas para comprobar que están fuertes y no hay ningún problema.


 Control de que la reina es joven y está en plena actividad reproductora.
 Tomar las medidas preventivas adecuadas para evitar cualquier enfermedad de las abejas.
Alimentación de las colmenas
 Colocación de láminas nuevas.
 Revisión periódica para comprobar que no hay ningún problema y que están trabajando bien todas las colmenas. Si hay alguna con algún problema, solucionarlo o retirarla si hay peligro de que se expanda.
  Proceder al primer castre o recolección de miel.
 Almacenamiento de la miel para su venta posterior o procesado y envasado de la misma.
Si se dedica a recoger polen debe colocar la trampa cazapolen y hacer la recogida diaria o muy frecuentemente. El polen se puede consumir fresco, desecar, envasar al vacío, liofilizar, etc. Si produce jalea real, propóleos o veneno, la actividad es mucho más frecuente y necesita una gran dedicación. Una vez realizada la primera recolección de miel se debe proceder a trasladar las colmenas a otras zonas, si hace apicultura trashumante, y los que realizan apicultura estante colocarán nuevas alzas si el año es bueno y las colmenas se llenan de miel.


El verano es una época de gran actividad para el apicultor porque debe realizar las siguientes tareas:
 Vigilancia e inspección de las colmenas aparentemente normales.
 Inspección de las colonias dudosas: débiles, enfermas, etc.
 Si es necesario puesta de alzas.
 Supresión de colonias defectuosas, no enfermas.
 Almacenamiento de la miel para su venta posterior o procesado y envasado de la misma.
 Trasladar las colmenas para aprovechar las es tardías del verano o las del otoño.
OTOÑO
 El otoño es una época de actividad para los apicultores trashumantes, porque o bien han llevado ya sus colmenas para aprovechar las últimas floraciones o lo hacen en esta época. Los apicultores estantes tienen poca actividad, salvo las zonas del tercio norte peninsular en las que hay floraciones más tardías.


Las labores que debe realizar un apicultor son:
 Realizar la última recolección de miel.
 Tomar las medidas preventivas adecuadas para evitar cualquier enfermedad  de las abejas.
 Preservar de la humedad exterior (soportes) e interior (aireación suficiente), de los roedores, de la nieve, de las inundaciones…
 Dejar suficiente alimentación para que pasen el invierno sin problemas.
INVIERNO
Durante el invierno la función del apicultor es la vigilancia periódica de su colmenar para evitar que pueda haber cualquier problema que no se detecte a tiempo y sea catastrófico para las abejas y para el apicultor.

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