Según la infografía sobre el comercio de la miel en la Unión Europea publicada por el Parlamento Europeo, la producción de miel comunitaria no cubre el mercado interno y se debe importar prácticamente el mismo volumen producido. La situación para los apicultores y la miel europea es bastante complicada, por ello, ayer en el PE se aprobaron una serie de medidas para intentar darle la vuelta a la situación
El Parlamento Europeo ha publicado una infografía sobre el comercio de la miel en la Unión Europea, con ella se pretende mostrar, y que se vea con un simple vistazo, cuál es la situación de la miel en la Unión Europea, segundo mayor productor de miel después de China, que cuenta con unos 600.000 apicultores y 17 millones de colmenas que generan un volumen de casi 250.000 toneladas anuales de miel.
Sin embargo, la producción comunitaria de miel no cubre el consumo interno, por lo que es necesario recurrir a la importación, según los datos de 2016, se importaron unas 200.000 toneladas de miel, casi el doble de lo que se produce. Los principales países de los que se importa miel son China, país del que procedía el 40%, y el resto se reparte entre Ucrania, Argentina y México. Hay que destacar que China tiene un volumen de producción que supera el medio millón de toneladas, es decir, algo más del doble de lo que produce la UE.
Los principales productores comunitarios son España, Hungría, Alemania y Rumanía, cuyo volumen de producción supera las 20.000 toneladas, le siguen Polonia y Grecia con una producción de entre 15.000 y 20.000 toneladas, Portugal, Francia, Bulgaria, Republica Checa y Reino Unido con un volumen de producción de entre 10.000 y 15.000 toneladas, el resto de países productores está por debajo de las 10.000 toneladas.
Los principales productores comunitarios son España, Hungría, Alemania y Rumanía, cuyo volumen de producción supera las 20.000 toneladas, le siguen Polonia y Grecia con una producción de entre 15.000 y 20.000 toneladas, Portugal, Francia, Bulgaria, Republica Checa y Reino Unido con un volumen de producción de entre 10.000 y 15.000 toneladas, el resto de países productores está por debajo de las 10.000 toneladas.
Precisamente ayer, en el Parlamento Europeo se planteó y aprobó una estrategia para la supervivencia a largo plazo de las abejas y los productores apícolas, los parlamentarios consideran que la UE necesita una estrategia a largo plazo para proteger la salud de las abejas, apoyar a los productores y combatir la adulteración de la miel. En esta estrategia se plantean los siguientes objetivos, un plan para combatir la mortalidad de las abejas, un programa de cría que permita reforzar la resistencia de las abejas a especies invasoras, más investigación para el desarrollo de fármacos, y la prohibición de todos aquellos pesticidas que tengan efectos negativos probados en la salud de las abejas, como los pesticidas neonicotinoides.
El Parlamento Europeo quiere que se apoye a los productores y se promocionen los productos apícolas, para ello se considera que la UE debe aumentar el presupuesto de programas de apoyo en un 50%, así como poner en marcha mecanismos que puedan asistir a los productores a partir del año 2020. Paralelamente, cada país miembro de la UE debe desarrollar campañas que promuevan el consumo de miel enfatizando en los beneficios que tiene este alimento, así como los usos terapéuticos de otros productos apícolas.
Lo cierto es que si no se aumenta la producción nacional, la promoción puede jugar en contra, ya que obliga a importar más miel, en España, por ejemplo, cada año se baten récords en la importación de miel china. Como apunte merece la pena destacar que son muchos los factores que juegan en contra del aumento de la producción, las enfermedades, la intensificación de la producción agrícola, la exposición de las abejas a todo tipo de productos químicos, la pérdida de hábitat que sufren las abejas, el cambio climático, etc., son muchas las amenazas a la capacidad de producción de las colmenas, algo que no casa con la intención de promocionar el consumo de miel.
Se pretende aumentar la lucha contra las importaciones falsificadas mediante la armonización de los controles fronterizos y los controles internos entre países comunitarios, realizar test de calidad a toda la miel que llega a la UE y endurecer las exigencias sobre la trazabilidad para conocer exactamente la procedencia de la miel. Hay que decir que para detectar las posibles adulteraciones de la miel con glucosas, que son las adulteraciones más frecuentes, se necesitan análisis complejos que sólo se pueden hacer en laboratorios especializados, lo que obliga a desarrollar métodos que sean más eficaces y aceleren el proceso. El Parlamento también quiere que se apliquen sanciones más severas para quienes intentan defraudar, aunque no se han concretado o por lo menos no las han dado a conocer.
Hace ya varios años que se habla de los problemas que atraviesa la apicultura europea, veremos si realmente se llevan a cabo las acciones propuestas o si, por el contrario, se sigue alargando el tema diciendo lo que se puede hacer sin llevarlo a cabo. Un primer paso podría ser la prohibición de los pesticidas neonicotinoides en la reunión que se celebrará este mes en el Comité Permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos de la CE. A continuación podéis ver la infografía sobre el comercio de la miel en la UE.
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