viernes, 30 de diciembre de 2016

CERA ESTAMPADA Y PANALES

 

Cera estampada y panales

La cera estampada es una lámina de cera de 2 o 3 milímetros de espesor, en la cual por medio de maquinaria especializada están impresos los hexágonos a partir de los cuales la abeja construirá las celdas que utilizará para cría o para depósito de miel y polen.


Esta lámina es fijada en el interior de los cuadros de madera donde la abeja construye el panal a posterior. La misma se fija en alambres horizontales que cruzan el cuadro pegándole a estos por un proceso de fusión, que se realiza al calentar los mismos con un sistema de resistencia eléctrica. En la actualidad estas láminas ya son fabricadas en plástico, y luego son bañados con cera de abeja.
La cera estampada es fabricada artesanalmente mediante moldes donde se deja caer cera en punto de fusión y luego es impresa.
Hay maquinaria específica donde primero se funde la cera, en forma de lámina continua, la cual es estampada posteriormente por el paso entre rodillos que le imprimen las celdas. Esta misma maquinaria existe para ser utilizada en forma manual o automatizada cuando el proceso se torna industrial.


Historia

La primera fundación artificial de cera estampada fue hecha en Alemania en 1842 por Gottlieb Kretchmer. Fue hecha con un par de rodillos grabados, utilizándose almidón para evitar que la cera adhiriera a los rodillos. El dispositivo consistió en una tira del lino que remontaba, cubierta con una composición de la cera y de almidón blanco, sobre cuál fue impreso el cuadro de fundación o la base de las celdas, pasándola por un par de rodillos grabados.
Jean Mehring, Holandés. En 1857 vierte la cera entre dos moldes de metal, y Root (EEUU) en 1876 fue el primero que utilizó una prensa de rodillo de metal, para estampar la cera. Otto Schenk en 1872 produjo y demostró  la fundición de cera con los arrancadores de proyección para las paredes laterales y John Long (cera) (EEUU) en 1874 produjo un producto similar. D.S. Given (EEUU) cerca de 1879-1881, utiliza la cera estampada con alambre producida en una prensa, pero no fue hasta 1892 que E. B. Weed (EEUU) produjo la hoja de cera de larga longitud entre los rodillos. Todo este adelanto la fabricación de la cera estampada, es una etapa que conduce en el siglo XX a lo que denominamos apicultura moderna en relación con la tecnología, así como, todos los problemas acuciantes de los ácaros parásitos y enfermedades secundarias asociadas.
Podríamos decir que la era actual de la cera estampada comenzó alrededor de 1891 en Bélgica con la introducción de la cera estampada de 920 celdas por decímetro cuadrado, lo que daría una distancia de 4,6 centímetros y 4.7 centímetros cada 10 celdas de obreras. Todos los apicultores adoptaron este tamaño de la celda. Los expertos de ese tiempo creyeron que era ventajoso producir tantas abejas como sea posible en la menor superficie posible del panal.


El profesor Baudoux de Bélgica publicó un artículo en Progress Apicole in June, 1893, abogando por el uso de céldas más grandes en la cera estampada, como resultado de los experimentos descritos. Parece que profesor Baudoux quiso mejorar el vigor de las abejas forrajeras, alcanzando con mayor tamaño un radio de acción mayor y visitando así una multiplicidad de flores, a los fines de obtener más néctar, más tarde esto se halló correlacionado con el largo de la glosa.
Experimentó con el tamaño de celdas hasta el límite de 750 celdas por decímetro, los tamaños de las celdas, lo obtuvo estirando la cera estampada. El Profesor Baudoux experimentó con varios tamaños de celdas por el decimetro cuadrado de cera estampada, 750, 740, 730, 710 y menores a 675. También experimentó con varias maneras de medir las celdas e ideó su propio sistema de la medición.
  Fue tan elocuente con sus experimentos, y tal el grado de convencimiento, que la fabricación de cera estampada comenzó a partir de allí a agradar las celdas, y no paró nunca. En las décadas de 1920, 1930 y 1940 se realizaron la mayor cantidad de trabajos sobre el tamaño de las celdas. En nuestros días se utilizan cera estampada de 5.7 centímetros cada 10 celdas de abeja obrera en forma estándar, pudiéndose hallarse cera estampada de más tamaño.

El profesor Baudoux era un seguidor de la llamada Teoría Lamarckiana, creía que era posible mejorar la abeja permanentemente, dándole la ocasión de crecer más grande en cada generación. Sin embargo, un seguidor de la Teoría Darwiniana o Mendeliana, sabe que este concepto es incierto; y las abejas mismas confirman esta crítica (incluso cualquier apicultor lo puede comparar midiendo panales de abejas silvestres), entrados los años del Siglo XIX se regresa al tamaño de las celdas de obreras que producen en la naturaleza sin intervención del hombre, volver al tamaño natural de la celdilla tenia hace cien años.

Panal

Un panal (del latín Marentus) es una estructura formada por celdillas de cera, que comparten paredes en común construida por las abejas melíferas para contener sus larvas y acoplar miel y polen dentro de la colmena.
Esta capacidad se debe a que las obreras cuentan con glándulas cereras que producen este elemento natural tan apreciado. El panal es utilizado para depositar sus alimentos: polen y miel. También la celda es utilizada como habitáculo para la cría de obreras y zánganos. El tamaño de la celda varía según la necesidad de la abeja, siendo de aproximadamente 6 milímetros para obreras y 8 milímetros para zánganos en el caso de Apis mellifera.
Las diferentes especies del género Apis construyen diferentes tamaños de celdas (sin base de cera estampada), adecuados a sus respectivas castas, lo que es muy útil para distinguir las especies y las razas del género Apis.
En las abejas de nido cerrado, Apis cerana y Apis mellifera los panales son construidos en forma transversal al orificio de entrada de la colmena. De esta manera, los panales anteriores cercanos a la entrada (piquera) hacen de barrera natural a la entrada de aire frío.


La distancia de diez celdas de panal construido por la abeja oriental (Apis cerana) en las Filipinas tiene un promedio de 4,1 centímetros, y en el sur de la India, la distancia es de 4,3 a 4,4 centímetros. Las razas africanas de la abeja occidental (Apis mellifera) construyen panales con medidas de 4,7 a 4,9 centímetros por cada 10 celdas, mientras la distancia de los panales construidos por las razas europeas comunes es 5,2 a 5,6 centímetros cada 10 celdas. En los panales de cera de la colmena rústica (huecos de árboles) o en las colmenas que no tienen cuadros móviles la construcción no es siempre paralela, ya que las abejas construyen los panales en diferentes radios.


Panales de cera en apicultura racional
En la apicultura racional, el panal de cera es construido dentro de un marco móvil de madera, para que la abeja mantenga una línea de construcción determinada con antelación por los apicultores. Para ello se ha desarrollado una lámina de cera estampada que es adherida a alambres que cruzan el marco en forma horizontal o vertical. Estos panales tienen dimensiones preestablecidas por los tamaños de los cuadros móviles, lo mismo que la lámina de cera estampada. Sobre esta base fundacional las abejas estiran sus celdas hexagonales con una leve inclinación superior desde el fondo a la boca, con el propósito de que no se derrame la miel que guardan en el interior.
En la apicultura racional la disposición de los panales que se utiliza frecuentemente es longitudinal con respecto a la entrada de la colmena (piquera) esto permite una mejor aireación de los mismos y facilita el secado del néctar, evitando el trabajo de ventilación que tiene que desarrollar las obreras. A diferencia de los panales naturales que son construidos transversalmente al orificio de entrada de la colmena, denominado exposición en caliente, la colmena racional utiliza el método llamado exposición en frío para sus panales longitudinales con respecto a la entrada de la misma. Hay colmenas construidas para ser utilizadas con panales de exposición en caliente, pero son las menos y generalmente se utilizan en climas fríos o templados fríos.


Ángulo de las celdas de los panales
Es interesante ver la geometría de una celda de panal, y la forma en que éstas encastran con el panal opuesto del marco móvil.
Pero hay toda una discusión desde antiguo sobre los ángulos que éstos tienen.
En 1700 se hicieron cálculos referentes a la medida de los ángulos de los rombos en los fondos piramidales de las celdas del panal. Comenzó en 1712 y continuó por varios años durante los siglos siguientes.
El genio italiano, Maraldi, astrónomo, estudió las celdas de la abeja y midió el largo de las mismas, encontrando que son aproximadamente iguales unas a otras. Entonces midió los ángulos de las celdas de un panal, calculando que era de 109º 28'. Anne D. Betts en un artículo en julio de 1921 relacionó la historia de manera más lejana, Maraldi en una advertencia tremenda a todos nosotros, se expresó claramente, para evitar todo el peligro de ser entendido mal.
Refiriéndose al naturalista francés Reaumur atribuyó la idea de que éste había encontrado el valor de 109º 28 en los ángulos de las celdas de un panal. Toda una hazaña, que varios escritores han comentado, ya que era imposible de realizar con los instrumentos existentes en su época, incluso si las celdas fueran regulares, que no lo son.


Reaumur sospechó que las abejas economizaban cera, consultando a un amigo matemático, Koenig, para resolver el problema de la celdas de la abeja. Koenig calculó el ángulo más grande de los rombos obteniendo 109º 26'. Investigaciones posteriores demostraron que 109º 28' era la respuesta correcta. (Sólo dos minutos fue la diferencia aclarando que Koenig había cometido un error en su aritmética).
Kent L. Pellett en un artículo en junio de 1929 agregó más información a la historia cuando él escribió, Reaumur maravillado por su economía vio tan cerca la perfección.
Otros científicos que estudiaron en las abejas la posibilidad de encontrar el ángulo perfecto tomaron rápidamente el caso para solucionar el problema por sí mismos, obteniendo el mismo resultado que Koenig. Pero las abejas rechazaron corregir su error, leve como era, y continuaron construyendo los fondos de la celdas con los viejos ángulos de 109º 28'.

Años más tarde, la investigación de un accidente marítimo demostró que el capitán había dirigido mal el curso de su barco, debido a que el cálculo de las tablas de logaritmo existentes era defectuoso. Las tablas fueron corregidas para evitar un error adicional. Entonces se descubrió que éstas eran las mismas tablas logarítmicas con las cuales Koenig había hecho sus cálculos. El problema del ángulo de la celdas fue calculado otra vez, con las tablas corregidas, y los ángulos obtenidos fueron los que las abejas habían utilizado siempre: 109º 28'. La conclusión final fue que las abejas hicieron el cálculo correcto y el matemático lo hizo mal.

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