viernes, 19 de mayo de 2017

SANIDAD APÍCOLA



 Ultimamente se ha revertido totalmente el  concepto de la estrategia terapéutica para tratar enfermedades dando paso a un criterio mucho más amplio que tiene que ver con la prevención y el equilibrio de la colmena. Para comprender y aplicar esta nueva concepción, hay que tener en cuenta a la colmena como una gran familia con una estrecha relación y dependencia entre los individuos que la componen. La sanidad de una colonia puede interpretarse como el equilibrio entre el organismo y el ambiente. Cuando por algún factor se rompe este equilibrio, nos encontraremos frente a alteraciones de los procesos fisiológicos normales, y éstas alteraciones dan como resultado la aparición de enfermedades. Cuando el hombre interviene en el estado natural de una familia de abejas, le brinda un hábitat para que pueda desarrollarse, logra que la misma alcance poblaciones mucho más grandes que lo normal, utiliza diferentes productos químicos, y las somete a situaciones de estrés (traslados, altibajos en las reservas de alimentos, revisiones periódicas, etc.), predispone de cierta forma el desequilibrio mencionado.



Normalmente, antes de la aparición de los síntomas clínicos, ya hubo pérdidas de producción y un decaimiento de la colmena que llevará tiempo revertir. Recordemos que el pasaje entre la salud y la enfermedad es un proceso progresivo con toda una gama de estados intermedios. La prevención es la herramienta fundamental para asegurar el buen estado sanitario de la colmena. Para favorecer la profilaxis, se parte de la base que un individuo con un adecuado estado fisiológico, genera una respuesta global eficiente ante la aparición de agentes patógenos. Hay dos factores que inciden favorablemente en el fortalecimiento de la profilaxis, uno está relacionado con la genética (genotipo con resistencia a patógenos), y el otro es el referido a la nutrición. Particularmente en este último punto debemos tratar de evitar los altibajos de alimentos. Los desarreglos en la alimentación predisponen a un mal funcionamiento glandular y un estado de debilitamiento general que es la puerta de acceso de las enfermedades. Es decir, mantener un nivel nutricional y realizar un manejo racional de la colmena permiten sostener un estado óptimo y mejorar la producción. Mecanismos de defensa propios de la abeja Hay una serie de mecanismos que permiten a la abeja defenderse de enfermedades y parásitos.

A continuación los enumeramos sintéticamente ya que los mismos serán abordados en profundidad cuando tratemos cada enfermedad en particular.
Comportamiento higiénico: Las adultas encargadas de cuestiones sanitarias retiran larvas o pupas enfermas de la colmena para evitar su putrefacción, eliminando al mismo tiempo la fuente de contagio. Mecanismo de limpieza entre abejas adultas: Es un mecanismo de defensa contra parásitos que ha comenzado a desarrollar frente a los elevados grados de infestación. Consiste en que las abejas altamente parasitadas, reaccionan con sacudidas extrañas, y otras abejas reconociendo esta forma anormal de actuar colaboran con ella removiéndole los parásitos.
Reposición de la pérdida de población: En algunas situaciones, la reina obra aumentando su régimen de postura para hacer frente a la mortandad de la cría.
Comportamiento de fuga: Con esta modalidad, la colonia se aleja de un nido altamente parasitado o enfermo interrumpiendo la cadena de infección.
Reacciones inmunológicas: Cada miembro de la colonia desarrolla individualmente reacciones de su sistema inmunológico, con la formación de anticuerpos en la hemolinfa. Proventrículo: En las abejas adultas este hace las veces de filtro que permite remover sustancias sólidas, esporas de bacterias y hongos del buche, evitando la diseminación de patógenos. Producción y uso de sustancias antibióticas: Son de vital importancia para la defensa contra microorganismos. En la colmena encontramos condiciones estériles en las celdas de cría, paredes, alimento larval y también en las reservas.

Las enfermedades que afectan a las abejas son de origen bacteriano, parasitario, viral y también podemos incluir como patologías la acción de enemigos naturales y predadores. Para tratar este punto de vital importancia en la producción apícola, hemos dividido su estudio en tres módulos donde abordaremos las enfermedades bacterianas, los parásitos (internos y externos) y finalmente virosis, hongos y otras problemáticas. Enfermedades bacterianas Son enfermedades propias de la cría. La mayor parte de las veces están asociadas a cuestiones de manejo, estrés o de la pérdida del equilibrio en la colmena. Es sumamente importante detectarlas con celeridad para evitar males mayores. Su dispersión en el colmenar puede ser sumamente veloz.

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