A diferencia de los núcleos, el trasiego de paquetes de abejas, requiere mayores cuidados. Las colmenas receptoras deben estar distanciadas al menos un metro entre ellas, en la medida de lo posible orientadas hacia distintos puntos y con colores que las distingan unas de otras. Cuando instalamos un paquete, las abejas que lo conforman no tienen sentido de pertenencia a esa nueva casa, y es frecuente que se "muden" a la colmena de al lado, quedando una superpoblada y otra sin abejas. Debemos partir de material nuevo o muy bien desinfectado y esterilizado.
El ajuste del mismo debe ser perfecto, ya que las abejas deben permanecer confinadas en él por 72 horas hasta que abramos la piquera. Ubicamos los paquetes sobre las colmenas que los recibirán. Con una sacudida de arriba hacia abajo juntamos las abejas en el fondo de la caja. Retiramos el alimentador y rociamos a las abejas con jarabe para evitar que vuelen. Extraemos la jaulita con la reina. En el interior del alza de la colmena receptora colocamos dos cuadros con cera estampada sobre uno de los flancos (preferentemente orientado hacia el oeste o noroeste). Del segundo de ellos se cuelga la jaulita con la reina a la que previamente le perforamos parcialmente el candy para facilitar su liberación.
Colocamos otros dos cuadros con cera estampada y un alimentador de cuadro. Finalmente introducimos la caja de transporte, retiramos el alimentador y cubrimos con un cartón corrugado a modo de "poncho" para reducir el espacio. Colocamos la entretapa y el techo y verificamos que la piquera se encuentre perfectamente cerrada y que no escapen abejas. Llevar un rollo de cinta de papel o de embalar, suele sacarnos de apuros. Transcurridas 72 horas, abrimos la piquera, comprobamos que las abejas hayan abandonado la caja de transporte y que la reina haya sido liberada. Seguramente veremos sectores de los cuadros centrales con celdas estiradas y postura en ellas. Retiramos la caja, la jaula de la reina y el alimentador del portapaquete; completamos con jarabe el cuadro alimentador y cerramos. Al igual que los núcleos vamos agregando cuadros con cera estampada y jarabe paulatinamente, a medida que las abejas nos lo pidan. Cuando tenemos ocho cuadros ocupados con abejas, retiramos el cuadro alimentador y agregamos los dos cuadros restantes con cera estampada. Consejos útiles acerca de núcleos y paquetes A partir de la experiencia, surgen algunas consideraciones que seguramente ahorrarán más de algún dolor de cabeza al principiante. Ya sea que vayamos a hacer paquetes o núcleos, conviene trabajar en equipo de dos personas. Uno abre la colmena mientras el compañero prepara el cajoncito, alimentador y jaula con la reina. Mantiene abierta la entretapa o el embudo en posición, a la espera que el otro sacuda las abejas o pase los cuadros. Debe existir una buena complementación entre ambos y un conocimiento cabal de lo que se está haciendo.
La selección de las colmenas madres y el aporte (cría, nodrizas y alimento) es una tarea previa al trabajo práctico a campo. A partir de los datos asentados en la planilla, tendremos un panorama de la cantidad de núcleos y paquetes a realizar. Sin esta organización preliminar el nucleado o paqueteado rendirá solo un 30% en tiempo. Asimismo, la localización de la reina y separarla mediante rejilla excluidora es prácticamente imprescindible. Cuando realizamos un trabajo determinado, conviene circunscribirse a él, evitando disipar la atención en otra cosa. Esta es una pauta que puede hacerse extensiva a la mayoría de las actividades durante la temporada apícola. Por ejemplo, para armar los cuadros primero colocamos todos los ojalillos; luego encolamos y clavamos; y finalmente alambramos. La reiteración de una tarea nos convertirá en especialistas en la misma. En el tema de división de familias se usa el mismo criterio para lograr a partir de la mecanización una mayor eficiencia. Dificilmente podamos nuclear o paquetear una cantidad respetable de colmenas si queremos al mismo tiempo localizar la reina, cosechar jalea real y hacer un recuento de los cuadros ocupados con cría, reservas de alimento, etc.. Todos los trabajos que se puedan adelantar van a redundar en un mejor rendimiento en el apiario. Llevemos cortados los alambrecitos para colgar las jaulas con las reinas, colocados los clavos en la parte superior del portapaquete, los alimentadores preparados, etc. . A veces es difícil estimar cuantas abejas cubren un cuadro. Por eso, para dar una medida cuantitativa, si estamos realizando un paquete en un cajoncito con las medidas descriptas anteriormente, bajamos todas las abejas al fondo con una sacudida brusca. Unos seis centímetros de altura de abejas equivalen a 1,2 kg aproximadamente. Si estamos haciendo un paquete recordemos que la reina debe quedar confinada hasta que el mismo se trasiegue a la colmena definitiva. Por eso el “candy” debe quedar cerrado.
En cambio si estamos haciendo un núcleo, no debemos olvidarnos de abrir el “candy” de modo que las abejas puedan liberar a la reina. Tanto los paquetes como los núcleos deben ser tratados con serenidad, sin brusquedades. Recordemos que la reina atraviesa por un período de “prueba” para ver si la aceptan o no, y será resposabilizada de cualquier perturbación externa. El material multiplicado debe quedar a la sombra. El estrés que le produce a las abejas esta nueva situación hace que levanten rápidamente temperatura. Por eso el sitio de acopio debe ser sombreado y ventilado. No debemos dejarnos vencer por la ansiedad del apicultor novato. Las abejas tienen sus tiempos y no olvidar que estamos tratando con seres vivos: no es una ciencia exacta. Uno quisiera que la reina empiece la postura a los diez minutos de haberla introducido y que comiencen a acopiar miel el mismo día. Algunas familias evolucionarán antes que otras, unas tardarán en estirar cera y en otros casos la reina demorará en poner los primeros huevos. Todo esto es normal y debemos tratar que no nos domine el pánico de “padres primerizos”. Dejémoslas tranquilas hasta que se organicen y empiecen a funcionar. Ellas saben bastante más de apicultura que nosotros. Cuando estamos haciendo paquetes, reemplacemos el ahumador por un pulverizador con jarabe liviano. Antes de sacudir las abejas les damos una pequeña rociada. Esto evitará que vuelen y favorecerá que se aglutinen en el fondo del cajón. El estirado de cera dependerá de la cantidad de alimento y de la edad de las abejas. Aquellas que las dividimos cerca de la fecha de enjambrazón tienen mayor capacidad de obrar panales, pudiendo estirar hasta un cuadro diario. No debe faltar nunca el jarabe. De él depende el desarrollo de la familia. Los paquetes subpoblados (menos de 1 kg de abejas) insumen el doble o más de alimento. Lo que ahorramos en abejas lo gastamos en azúcar y tiempo.
CAJA PARA PAQUETES DE ABEJAS
fuente
César Alfredo Massaccesi
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